El Gobierno de México aplicará un impuesto de 50 por ciento a las exportaciones de maíz blanco harinero, esto con el objetivo de estabilizar su precio y no afectar a productos como la tortilla o o derivados.
Mediante un decreto por el que se modifica la Tarifa de la Ley de los Impuestos Generales de Importación y de Exportación, se especificó que a partir del 17 de enero se cobrará un arancel de 50 por ciento a las exportaciones de maíz blanco harinero (no genéticamente modificado), que estará vigente hasta el 30 de junio.
En la publicación del Diario Oficial de la Federación se explica que la oferta y producción de maíz blanco son factores importantes en la determinación de su precio y, por tanto, también de los diversos productos de consumo, principalmente la tortilla.
“Para garantizar un abasto suficiente es necesario mantener la producción nacional en nuestro país y asegurar condiciones de mercado que permitan estabilizar su precio”, se explicó en el documento.
Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportaron que al cierre de 2022, la tortilla de maíz aumentó su precio en 19 por ciento.
Esta acción está apoyada por el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, publicado el 12 de julio de 2019 en el DOF, con el propósito de impulsar la reactivación económica, el mercado interno y el empleo.
Además, el documento añadió que el Ejecutivo Federal tiene la facultad extraordinaria para aumentar, disminuir o suprimir las cuotas de las tarifas de exportación e importación, así como para restringir y prohibir las importaciones, las exportaciones y el tránsito de productos, cuando lo estime urgente, a fin de regular la economía del país.
México no está obligado a aceptar las exportaciones de maíz transgénico de Estados Unidos si tiene preocupaciones legítimas sobre la salud pública o el medio ambiente, explicó un análisis del Instituto de Agricultura y Política Comercial (IATP, por sus siglas en inglés) y del LACEN-UNAM.
La abogada comercial senior, Sharon Anglin Treat de IATP, aseguró que el texto de la nueva sección del T-MEC sobre biotecnología agrícola es explícito y no existen las bases suficientes para que el gobierno estadounidense inicie una disputa comercial sobre este tema.