Por Víctor Barrera
Afortunadamente para muchos mexicanos la cuenta regresiva para terminar este sexenio es cada vez más corta y por ello es importante empezar a realizar las evaluaciones para decidir que queremos hacia delante, en los comicios del 2024.
Esto también lo entiende el tabasqueño que habita el Palacio Nacional y es muy probable que ponga en actividad toda la maquinaria del estado para favorecer a sus “corcholata” que sea elegida por él y su partido para los comicios más importantes de la historia.
Importantes porque decidiremos todos los mexicanos si cambiamos nuevamente de régimen o continuamos con este que prometió el cambio y no ha dado un sólo paso para ello.
El oriundo de Macuspana sabe que su tiempo se está acabando y por ello se inician los tiempos para demostrar que su proyecto de la $T, debe ser el camino a seguir, lo que necesitara de una gran cantidad de recursos para cambiar el pensar de mucha gente, que desde un principio no votaron por él, en el 2018, y otro tanto que a pesar de votar por él se sienten decepcionados por la forma en la cual su régimen esta dejando al país.
Entonces López Obrador y Morena miran los comicios a celebrar este 2023, como la oportunidad de ganar y mostrar que la gente les da otra oportunidad, porque Morena y sus aliados gobernarían la mayoría del territorio nacional; pero de perder, se mostraría que la gente esta empezando a pensar en otro cambio de régimen, y buscar al que en verdad se preocupe por los intereses comunes del país y su gente y no solo de un grupo de personas que trabajan para idolatrar a una sola persona.
Pero par alcanzar lo primero, será necesario que con hechos se demuestre el porque mantener la continuidad de la 4T, pero con base en los verdaderos cambios que demuestro, lo que mucho pregona López Obrador “no somos iguales”.
Porque durante mas de cuatro años, el tabasqueño a señalado que la culpa de todo lo que sucede en el país es por que los conservadores, los fifí, los aspiracionistas, la clase media, los médicos, los intelectuales, los periodistas y otros grupos que ha mencionado a lo largo del tiempo de su administración, y están en contra de su proyecto, pero no hace lo necesario para evitar que esos grupos sigan pensando que su proyecto nació muerto y así terminara, porque no ha habido ningún cambio real y palpable para la gente.
La gente espera esos cambios y no excusas como “los de antes eran peor”, porque al final de cuentas observa que siguen los mismos problemas, que la corrupción es cada vez mayor, que la impunidad sigue presente, que la forma en la cual trabaja el poder Ejecutivo, es para apoyar a los grupos y gente que están cerca de este, que el poder Legislativo solo trabaja con lo que el presidente les envía y ordena, que no son capaces de corregir siquiera un punto o una coma. Que el poder Judicial lamentablemente se ve envuelto en problemas de carácter ético y moral que hace cuestionar sus decisiones jurídicas.
Que la gobernabilidad en el país, se ve cada vez peor y mas cuando se lee y escucha que mas de una tercera parte del territorio nacional esta bajo el crimen organizado. Donde el poder Ejecutivo, un día y el otro también, se muestra pendenciero ante los grupos y personas que no piensan igual que el, como si la democracia fuera un grupo homogéneo de personas e ideas.
La gente quiere ver que su calidad de vida mejora, con un sistema de salud que cubra al 100 por ciento sus necesidades de salud, con equipo material y humano al servicio de la gente, que no haya escasez de medicamentos, que nadie sufra por falta de atención medica, que los servicios públicos están en un funcionamiento oprimo, y el pago por ellos no es oneroso a la economía familiar.
Quiere la gente tener un empelo para poder desarrollar en el área de su especialización profesional y que no tendrá que recurrir al buscar una fuente de empleo alterna para solventar los gastos de su vida cotidiana.
De percibir la gente todo esto, es indudable que votaría por una continuidad, pero de no hacerlo, es eminente el cambio, porque la democracia así lo permite, a no ser que este gobierno se apodere de esos órganos electorales que nos han dado una democracia real, para hacerlos simplemente comparsas del gobierno.
Por lo tanto, para ganar los comicios, las conferencias de cada mañana ya no serán suficientes, porque la gente tiene un límite y este se sigue agotando, y lo sabe bien López Obrador.
El tabasqueño se le acorta el tiempo para realizar este verdadero cambio. Seguramente López Obrador ha empezado a diseñar sus escenarios pero no podrán cristalizarlos si en verdad no da resultados positivos.
Repito, la gente ya no aceptara más las excusas de que el cambio no se da por aquellos que no lo han permitido desarrollar, porque se mostrara como mayor vulnerabilidad ante la falta de gobernabilidad basada en la libertad de pensamientos, de ideas, de expresión.
No se gana una elección violentando derechos humanos, o intentando comprar voluntades y votos, se gana con trabajo con resultados positivos y todo esto le hace falta a la actual administración.