Cinco ministras y ministros buscan ocupar la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para los próximos cuatro años. Las y los juzgadores dieron a conocer sus proyectos de trabajo en los que destacan la necesidad de garantizar la independencia judicial.

Cabe mencionar que el próximo 31 de diciembre concluye la presidencia que actualmente tiene el magistrado Arturo Zaldívar

En sus proyectos de trabajo, Yasmín Esquivel Mossa, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Javier Laynez Potisek, Alberto Pérez Dayán y Norma Piña Hernández, abordan temas como la independencia judicial, la neutralidad política, las campañas de desprestigio contra el Poder Judicial de la Federación (PJF) y la necesidad de resistir cualquier embate injusto.

Esquivel Mossa, quien fue propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, asegura que su plan de trabajo representa un llamado a la conformación de una Suprema Corte, en la que su gobierno no sea de una sola persona, sino de todas y todos los que la integran.

Además, mantener la unidad y el rumbo para la consolidación del Estado de Derecho, garantista y democrático

Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien llegó al alto tribunal durante la administración de Felipe Calderón, señala que están abiertos al escrutinio público y a aceptar los errores y actuar en consecuencia, pero advierte que resistirán cualquier embate injusto o excesivo que lesione el modelo constitucional y democrático.

Menciona que cuenta su plan de trabajo será ordenado y coherente para fortalecer al Poder Judicial de la Federación y que aspira a hacer evidente que magistradas, magistrados, juezas, jueces no están solos, que son todos o ninguno.

Javier Laynez Potisek, quien fue propuesto por Enrique Peña Nieto, el Poder Judicial debe contribuir a que el país preserve sus logros e instituciones esenciales y que materialice de manera ordenada y fundada las transformaciones que democráticamente se decidan.

Refiere que la independencia del Poder Judicial únicamente es sostenible si se convierte a la neutralidad política, por lo que debe desterrarse la percepción de juzgadores o juzgadoras a favor o en contra de una posición política determinada y enfatiza que los órganos jurisdiccionales no pueden apostar por el éxito o fracaso de un gobierno.

Alberto Pérez Dayán, quien asumió el cargo durante el sexenio de Felipe Calderón, destaca la necesidad de continuar con la política de cero tolerancias a cualquier hecho de corrupción, y recobrar la confianza ciudadana haciendo con mayor eficiencia su labor, ya que la credibilidad se recupera con acciones y no con discursos, lo cual contribuirá a la consolidación de la independencia y autonomía judicial.

Al respecto, menciona que la demora en la justicia y, en otros casos, la ausencia de ella, así como una desmesurada campaña de desprestigio constante hacia el PJF y los errores, ha llevado a que la credibilidad institucional se haya visto mermada considerablemente.

Norma Piña Hernández, quien llegó a la Corte durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, refiere que su propuesta central estriba en trabajar para la consolidación de mayorías, cediendo en la imposición de mi visión personal y asegura que su compromiso será desempeñar sus funciones conforme a la columna vertebral: la independencia judicial.

Señala que desempeñará el cargo de presidenta de la SCJN y del CJF con la convicción de que será la presidenta, pero no será, ni el PJF, ni la Corte, ni el CJF, y enfatiza que no cree en aquellos que firman que no hay unidad en el Poder Judicial porque están divididos al formar bloques.

La elección se llevará a cabo en sesión pública solemne, celebrada en el primer día hábil de enero, es decir, el día 2 de dicho mes. La sesión será presidida por el Ministro decano (quien tiene la mayor antigüedad en el Pleno).