Al compás de tambores y bajo un cielo rutilante, jóvenes palestinos desfilaron este miércoles en las calles de Belén, para dar inicio a la primera Navidad festiva después de dos años ensombrecidos por la guerra de Gaza.
Durante toda la guerra, que comenzó con el ataque de Hamás contra Israel en octubre de 2023, un tono sombrío marcó las Navidades en Belén, ciudad bíblica donde nació Jesucristo.
Pero este miércoles las celebraciones volvieron con fuerza en la ciudad de Cisjordania ocupada, mientras se mantiene una frágil tregua en la Franja de Gaza, donde cientos de miles de personas afrontan el invierno en tiendas improvisadas.
Cristianos de todas las edades se dirigeron a la céntrica Plaza del Pesebre, donde espectadores se asomaban desde los balcones del edificio municipal para observar las celebraciones.
Cientos de personas participaron en el desfile del grupo scout salesiano por la estrecha calle de la Estrella de Belén. «Se siente que la Navidad llegó de verdad», se alegró Milagros Anstas, de 17 años, con su uniforme azul y amarillo. «Es un día lleno de alegría, porque antes no podíamos celebrar debido a la guerra», declaró.
Un imponente árbol de Navidad, cubierto de esferas rojas y doradas, brillaba junto a la Iglesia de la Natividad.
La basílica data del siglo IV y fue construida sobre una gruta donde los cristianos creen que Jesús nació hace más de 2,000 años.
Por su parte, el papa León XIV llamó el martes a una tregua global de un día por Navidad. «Renuevo mi llamado a todas las personas de buena voluntad para que respeten un día de paz, al menos en la festividad del nacimiento de nuestro Salvador», declaró el pontífice en la residencia de Castel Gandolfo, cerca de Roma.
El municipio de Belén optó por reducir las celebraciones navideñas mientras la guerra asoló Gaza, territorio costero palestino geográficamente separado de Cisjordania por Israel.
Un alto el fuego mediado por Estados Unidos entre Israel y Hamás, que comenzó en octubre, detuvo los combates a gran escala en Gaza, aunque muchos siguen afrontando una vida de penurias tras perder sus hogares y a sus seres queridos.
El patriarca latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, llegó a Belén antes de presidir la tradicional misa del Gallo en la Iglesia de la Natividad.
El alto prelado visitó la devastada Gaza durante el fin de semana y celebró una misa de Navidad en la parroquia de la Sagrada Familia, en Ciudad de Gaza, el domingo.
Los habitantes de Belén, cuya economía depende casi por completo del turismo, esperan que el regreso de las celebraciones navideñas devuelva la vida a la ciudad y reactive la llegada de visitantes.
En los últimos meses los peregrinos cristianos comenzaron lentamente a regresar la ciudad santa.
«Es un lugar muy especial», comentó George Hanna, originaria de Beit Jala. «Necesitamos transmitir ese mensaje a todo el mundo y esta es la única manera. Además, ¿qué es la Navidad sin celebrarla?», subrayó.
