Los senadores oficialistas –con excepción del Partido del Trabajo– aprobaron en fast track la reforma a la Ley de los Impuestos Generales de Importación y de Exportación que busca recaudar 51 mil 910 millones de dólares en importaciones.

La reforma fue aprobada en lo general y particular por 76 votos a favor, cinco en contra y 35 en abstención, e igual que en San Lázaro, el PT se abstuvo.

La ley establece impuestos para países con los que no se tiene un acuerdo comercial, en su mayoría asiáticos: China, Corea del Sur, India, Vietnam, Tailandia, Brasil, Indonesia, Taiwán, Nicaragua, Emiratos Árabes Unidos y Sudáfrica.

La reforma fija que habrá mil 463 fracciones arancelarias a la importación de productos pertenecientes a industrias diversas como la automotriz, la textil y del vestido; la del plástico, la siderúrgica, la de electrodomésticos, la de aluminio, la del calzado, la del papel, la marroquinera, la del mueble, la del vidrio, la de los juguetes, la de motocicletas y la de remolques en otros.

Para la aprobación de la reforma se omitió su discusión en comisiones para que fuera aprobada unas horas después de ser avalada en San Lázaro.

La reforma fue enviada a la presidenta Claudia Sheinbaum para que la publique en el Diario Oficial de la Federación (DOF) y entre en vigor.

La senadora del PAN, Imelda Sanmiguel Sánchez, afirmó que Acción Nacional está a favor de la reforma en el fondo. Sin embargo, alertó que los aranceles no deben ser una política permanente, sino que deben ajustarse a la coyuntura, ser técnicos y evaluables.

“De lo contrario, se pueden tener resultados no deseados, como la inflación el incremento de precios, el desempleo y la volatilidad comercial. Y aquí está el problema. Esta reforma no se basa en un estudio profundo de esas consecuencias. No existen elementos técnicos sólidos para prever el impacto económico que los aranceles tendrán en nuestro país”, detalló.

El senador del PRI, Miguel Ángel Riquelme Solís, resaltó que aplicar aranceles no es proteger, sino arriesgar inversiones, paralizar líneas de producción y aumentar los costos de los bienes que los mexicanos usan todos los días

“Al gravar insumos importados, industrias nacionales podrían ver incrementado su costo de producción. Éste se trasladará al consumidor, en forma directa, en precios más altos e impactará en las cadenas de suministro, además de una eventual escalada de precios en bienes de consumo en particular”, enfatizó.