Baja California Sur y la Ciudad de México son los estados con el nivel más alto de estrés hídrico en el país, con una calificación de 5 puntos (el tope máximo), de acuerdo con el ranking de Aqueduct Waterpolistas Risk Atlas.
El estrés hídrico, según esta metodología elaborada por el World Resources Institute (WRI), mide la relación entre la cantidad total de agua que se consume (doméstica, agrícola, industrial y energética) y la disponibilidad de agua superficial y subterránea renovable en un territorio.
El indicador compara cuánta agua demandan los usuarios frente a cuánta agua puede reponerse de manera natural cada año. Cuando la demanda se acerca o supera la disponibilidad, el estrés hídrico se considera alto. El WRI clasifica este nivel con un puntaje del 0 al 5, donde 0 indica bajo estrés y 5 indica estrés hídrico “extremo”, lo que significa que se utiliza más del 80% del agua renovable que se tiene disponible.
