Con la mira puesta en la revisión del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) en 2026, la Ciudad de México afina su estrategia para consolidarse como el principal polo de inversión e innovación de Norteamérica, durante la Consulta Regional del T-MEC, Capítulo Ciudad de México, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, subrayó la ventana de oportunidad única para la capital, que requiere una “ley del máximo esfuerzo en el menor tiempo, porque competimos con otros países”.
Durante el foro con empresarios y funcionarios públicos, Ebrard, puso el foco en la oportunidad desaprovechada en el sector farmacéutico, “Estados Unidos importa 237,000 millones de dólares. México le exporta 1,600, se trata de un sector gigante, equivalente a la industria automotriz.
Desde la perspectiva industrial, Astrea Ocampo, directora general de Grupo Neolpharma, la estrategia debe ir hacia la integración de manera inteligente en una nueva cadena de valor regional, “durante tres décadas, China e India tomaron el liderazgo global en el sector salud mediante políticas de estado agresivas que México no replicó, creando una dependencia mundial de sus ingredientes activos y productos terminados”.
“La única manera en la cual saltar esos 30 años de infraestructura vertical de recursos humanos es creando un cluster Norteamérica”, que permitiría a México contribuir decisivamente con “genéricos de bajo precio”, ejemplificó.
“Más del 80 por ciento de los medicamentos de Estados Unidos, provienen de China y de Asia, y la Ciudad de México tiene la capacidad de tomar un cachito de esa producción. Ahora bien, vamos a necesitar de regulación, y por supuesto, de capital”, añadió la titular de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) de la capital.
El turismo médico es otro campo “que no lo estamos explotando como deberíamos”, la Ciudad de México puede ser un destino líder, si se combina el servicio extraordinario de la capital en medicina con “alta tecnología, biotecnología y todo lo que estamos desarrollando en México”, dijo Gina Díez Barroso, Presidenta de Diarq Holding.
Desde la perspectiva de la industria establecida en la Ciudad de México, Adrián Cervantes, Director General de Biossmann, empresa que produce anestesia y ventilación de forma, delineó los principales obstáculos que impiden a las empresas locales convertirse en jugadores globales.
El primero, señaló, es la “cero eficiencia operativa” de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), un freno regulatorio que contrasta con el apoyo que, sí existe por parte del gobierno como cliente. El segundo, es la desconexión con el conocimiento, “la transferencia de tecnología de las universidades públicas a las empresas, hoy está prohibida. No existe”.
Se necesita un “acuerdo entre Economía y la Secretaría de Salud” que permita a las empresas usar los hospitales públicos para desarrollar protocolos de investigación y validar tecnología que pueda exportarse a Estados Unidos.
“Si queremos realmente que la Ciudad de México sea un jugador, tiene que haber los medios para que la tecnología mexicana y los desarrollos que podemos lograr aquí tengan los protocolos y la competitividad que hay en otros países”, de lo contrario, “sin tecnología, vamos a seguir dependiendo completamente de las empresas extranjeras”.
“Lo único que tenemos hoy para una ciudad tan grande y tan importante, como es la Ciudad de México, es el tema del conocimiento” y, “el tema logístico”, la capital tiene una ventaja competitiva fundamental que debe explotarse en el marco del T-MEC, dijo María de Lourdes Medina Ortega, Presidenta de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra)
La jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, hizo del encuentro un punto de partida para un diálogo permanente con los empresarios para “traducir todos estos esfuerzos en un programa económico con ustedes” que lleven a obtener resultados tangibles.
“Tenemos una economía entrelazada, sí necesitamos ir construyendo alternativas económicas, diversidad, de nuestra economía hacia el mundo; por supuesto que necesitamos construir desde aquí una alternativa y un rumbo económico, que nos fortalezca en este tratado, y que pueda seguir siendo la ciudad ese polo económico, y el motor que
