Leslie Godínez Carrillo tenía 20 años y llevaba siete meses de embarazo cuando acudió a una cita pactada a través de Facebook para “recoger un dinero” y nunca más volvió. Ocho días después, las autoridades buscaron a su madre, Mirta María Carrillo Muñoz, para que reconociera sus tatuajes en unas fotografías. “Su hija fue asesinada”, le dijo el ministerial. Sin procesar aún el golpe emocional de esa noticia, articuló una pregunta con un leve hilo de voz ahogado por sus lágrimas: “¿Y el bebé? ¿dónde está mi nieto?”.

A Mirta María le faltaba aún saber los detalles atroces que envolvieron el feminicidio de su hija. Aquel 17 de julio a Leslie le practicaron una cesárea rudimentaria en una casa de Ciudad Juárez para extraerle a su bebé en gestación y venderlo por 15 mil dólares (300 mil pesos) a una red internacional de adopciones ilegales de Estados Unidos.

A Leslie la dejaron morir desangrada ese mismo día. Su cuerpo fue encontrado el pasado 24 de julio y presentaba además de la extracción del útero de manera insalubre, múltiples heridas punzocortantes. Fue enterrada en la misma casa donde sucedieron los hechos, ubicada en el número 1909 del fraccionamiento Portal de Abedul.

El bebé de Leslie presentó complicaciones de salud y la mujer a cargo de la siniestra operación, Martha Alicia Méndez Aguilar, alias La Diabla, acudió a un pequeño hospital ubicado en la colonia Zaragoza pidiendo que lo atendie-ran. Ahí intentó engañar al personal médico sobre la procedencia de la criatura. Por la gravedad del recién nacido, fue trasladado al Hospital Infantil, donde los médicos finalmente aplicaron el protocolo llamando a las autoridades para notificar lo sucedido.

“Mi nieto es un milagro, tiene muchas ganas de vivir”, menciona sin poder contener el llanto Mirta María en entrevista con La Jornada. Y es que al dolor de la pérdida de su hija Leslie se añadió la batalla por recuperar al bebé. Durante tres meses, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) le negó su derecho a conocerlo y convivir con él, argumentando que no existían pruebas que demostraran que era su nieto, porque las autoridades olvidaron obtener muestras de ADN de Leslie y tuvieron que exhumarla; un procedimiento judicial que fue muy lento y, lo peor, que dejó la tumba mal cerrada de la víctima y la autoridad sigue sin arreglarla.

Mirta María está convencida de que fue la presidenta Claudia Sheinbaum quien finalmente le ayudó a rescatar a su nieto. La última vez que estuvo en Ciudad Juárez le entregó una carta: “Le pedí ayuda para recuperarlo, es gracias a ella que tenemos a Eithan Martín Godínez Carrillo”, dice orgullosa, al comentar que ya fue registrado luego de obtener la guarda y custodia del menor.

Martha Alicia, de 44 años, mejor conocida como La Diabla, fue vinculada a proceso penal por los delitos de feminicidio y homicidio en grado de tentativa contra el recién nacido. Su audiencia intermedia fue programada hasta el 23 de marzo de 2026, pero la abogada de la familia de Leslie, Olivia Aguirre Bonilla, se encuentra preparando el proceso penal de la carpeta 4193/2025.

“El caso de Leslie no sólo es feminicidio, sino también trata de menores con fines de adopción ilegal. Hubo una especie de reclutamiento a través del Facebook, donde la enganchó una persona que se hace llamar “Juaritoz Bmc” que entabló una relación de confianza y por eso la hizo ir por un supuesto dinero que le iba a dar”, dice la abogada en entrevista con este diario.

Añade: “Fueron por ella a su casa como a las cuatro de la tarde y ya no regresó. Ese mismo día la asesinan y el bebé sobrevive. La entierran en el patio trasero de esa casa donde le extraen al niño con la finalidad de ocultar el delito. Su cuerpo presentaba heridas post mortem, así lo determinó el perito que levantó su cuerpo. Es un feminicidio agravado por esta situación”.

Señala que aún hay mucha información del caso que no ha sido aclarada por las autoridades porque no les han permitido ser parte de la carpeta por trata de menores con fines de adopciones ilegales: “A mí un reportero de El Paso, Texas, que investigó me dijo que el niño ya había sido vendido a una pareja de homosexuales y que ellos iban a recibir al bebé en Ciudad Juárez y luego se iban a encargar de todo el papeleo”.

Recuerda que La Diabla expresó en audiencia que iba a entregar al niño en el supermercado S-Mart, ubicado en Boulevard Independencia, pero en el transcurso de las horas el bebé mostró problemas para respirar, es por eso que lo llevó al hospital.

“Llegó con el bebé diciendo que acababa de parir, pero cuando el médico la revisó se dio cuenta de que no era cierto. Y fue cuando le retienen al niño. Ella se contradecía diciendo que se lo encontró en la calle tirado en una bolsa. Así fue como llegó la policía municipal y se la llevan detenida a la fiscalía, por alterar el orden público. Estuvo detenida 48 horas y la dejaron libre. Pero después de ocho días encuentran el cuerpo de Leslie y empiezan la investigación por parte del Ministerio Público; la detienen el 9 de septiembre en Chihuahua, a pocos kilómetros de El Paso, Texas”.

El caso del feminicidio de Leslie y el intento de venta de su bebé escaló a nivel internacional, luego de la detención de La Diabla. En un comunicado, el gobierno de Estados Unidos la identificó como una pieza clave en una red criminal presuntamente ligada al cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que habría operado un esquema de tráfico de bebés con fines de adopciones ilegales a ambos lados de la frontera, con la participación de La Empresa, el brazo armado de La Línea, fracción principal del cártel de Juárez.

Fue la Oficina del Director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos la que advirtió en un comunicado que La Diabla atraía a mujeres jóvenes embarazadas y en situación de pobreza, para llevarlas a donde les practicaban cesáreas ilegales y, supuestamente, les extraían los órganos tras su muerte. Los recién nacidos eran vendidos a parejas en Estados Unidos con un costo de entre 250 y 300 mil pesos.

La abogada Aguirre Bonilla comenta que la coordinación entre autoridades estadunidenses y mexicanas logró avanzar en las investigaciones: “Ya andaban detrás de esta banda. Investigaban la desaparición de una chica de Estados Unidos y fue encontrada en Anapra, Ciudad Juárez.

Comentó que La Diabla ya había sido detenida hace algunos años por el delito de trata de personas, específicamente por inducir adolescentes a la delincuencia: “De hecho, en el crimen de Leslie está metida Joselyn, una adolescente menor de edad que trabajaba con La Diabla y participó en la cesárea clandestina que le practicaron a Leslie, a quien apuñaló más de 40 veces. También fue involucrada una enfermera que estaba casada con el hijo de La Diabla y que dio instrucciones por videollamada y que también fue testigo”.

La abogada dice que no le han permitido acceder a la tercera carpeta por trata de menores con fines de adopciones ilegales. Afirma que a La Diabla se le formuló la imputación y luego se abrió la etapa para la vinculación a proceso con los datos de prueba y quedó detenida en prisión preventiva.

“La primera audiencia de La Diabla la hicieron a puerta cerrada para evitar que se difundiera en los medios de comunicación, pero yo solicité lo contrario, pedí el acceso de los medios. La Diabla subió a declarar y contó que trabaja para gente de adentro del Cereso; para delincuentes y ministeriales, dijo que también para gente de La Empresa.

Añade: “El gobierno de Donald Trump se ha pronunciado sobre este caso y ha dicho que participaron con Inteligencia para la detención de La Diabla y a mí me parece que no. Ella era pollera y secuestradora, pero no del CJNG. Hay muchas dudas aún; hay testigos protegidos y arrestos pendientes”.

Miriam Alexis Bardui Nacif, portavoz de la asociación Canida, intervino en el caso de Leslie: “Defendemos las adopciones legales y combatimos las redes de trata infantil con fines de adopción. El modus operandi fue robar el bebé para darlo en adopción ilegal. Le estamos dando todo el apoyo posible a la familia de Leslie. A sus dos hijos los vamos atender de manera integral con protocolos especializados”.

Leslie eligió el nombre de su hijo. Quería que se llamara Eithan porque en hebreo significa “fuerte”, aunque seguramente no imaginaba que el bebé fuera a demostrarlo tan pronto. Su primera hija, Sofía, de tres años, recibió a su hermano con una pequeña celebración organizada por su abuela, amigos y vecinos quienes le dieron la bienvenida con muchos regalos.

“Mi nieta pregunta por su mamá, yo le digo que está en el cielo y que tenemos que cuidar a su hermanito”, dice Mirta María luego de salir de su trabajo en una maquiladora y añade: “Pido justicia para Leslie y para mi nieto. Fue muy monstruoso todo lo que hicieron”.

Recuerda que cuando fue a denunciar en fiscalía de la mujer la desaparición de su hija, ni siquiera le hicieron caso. Y fue entonces que decidió buscarla y pegar fotos de ella en la calle: “Después de enterrar a mi hija fui al DIF a ver a mi nieto. No me dejaron verlo porque faltaban las pruebas de ADN, algo que se me hacía muy raro; hasta llegué a pensar que también me lo querían robar en el DIF”.

Añade: “La mataron de la peor manera, le picaron el tórax con una navaja, los muslos; todo el cuerpo, dijeron que porque mi hija pataleaba mucho. La tenían amarrada en un colchón mugroso. Yo confío en Dios y le pido que toda la gente que le hizo daño pague, sobre todo la maldita Diabla. Espero que en Estados Unidos también hagan justicia. ¿Una vida vale 300 mil pesos? Cuando mi nieto crezca, tengo que contarle la verdad”.