Con el sistema educativo de Gaza destrozado por la ofensiva israelí desde hace dos años, existe el riesgo de una “generación perdida” de niños que deambulan por calles en ruinas, advirtió ayer Edouard Beigbeder, director regional del fondo de las Naciones Unidas para la infancia (Unicef) para Medio Oriente y el norte de África.

“Este es el tercer año que no hay clases”, declaró Beigbeder, quien también alertó que “si no iniciamos una verdadera transición para todos los niños en febrero, entraremos en un cuarto año y entonces podremos hablar de una generación perdida”, informó el medio Al Jazeera.

El alto el fuego negociado por Estados Unidos, que entró en vigor a principios de octubre, permitió a Unicef y otros socios educativos ubicar a aproximadamente una sexta parte de los niños –que deberían estar en la escuela– en “centros de aprendizaje” temporales.

Las facciones palestinas, incluidas Hamas y Fatah, anunciaron en El Cairo un acuerdo para establecer un organismo temporal e independiente de tecnócratas para administrar el enclave palestino luego de dos años de la ofensiva de Israel.

En un comunicado, y luego de dos días de conversaciones mediadas por Egipto, los bandos explicaron que el nuevo comité –que estará compuesto por figuras no partidistas de Gaza–“gestionará asuntos cotidianos y servicios básicos en cooperación con socios árabes e instituciones internacionales, con base en la transparencia y la rendición de cuentas”.

Los signatarios acordaron “continuar el trabajo conjunto para unificar visiones y posiciones para enfrentarse a los desafíos que enfrenta la causa palestina”, comenzando por la reactivación de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), a través de una “reunión urgente” con el partido principal de la Autoridad Nacional Palestina, Fatah.

La franja se transformó en “montones de polvo y tonos grises” sepultada bajo más de 61.5 millones de toneladas de escombros y tres cuartas partes de los edificios destruidos (equivalentes a casi 170 veces el peso del Empire State Building de Nueva York y a más de 169 kilos por cada metro cuadrado del territorio), según datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Residentes y funcionarios gazatíes reportaron que el ejército israelí continúa su actividad militar pese al alto el fuego en el territorio, Además un bombardeo de Tel Aviv al este de Deir al-Balah dejó al menos dos palestinos asesinados.

“La catástrofe humanitaria en Gaza no ha cambiado, la entrada de un número limitado de camiones no cubren las necesidades mínimas de la población afectada”, denunció la defensa civil. En una declaración su cuenta de X, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos en Medio Oriente (Unrwa) defendió que su “presencia sigue siendo vital” para la franja.

Autoridades del enclave afirmaron que la prórroga del Tribunal Supremo de Israel para otorgar al gobierno otros 30 días para decidir si permite o no la entrada de prensa extranjera, busca “ocultar los crímenes” de Tel Aviv.

En tanto, un adolescente palestino murió a causa de las heridas causadas por una incursión militar israelí en el campamento de Askar en Nablus, en Cisjordania reocupada.