Sepa La Bola
Claudia Bolaños
Y Sepa la Bola… pero Veracruz, atrapado en su propio delirio de aguas y lodo, parece ser también escenario de una doble inundación: la del desastre climático y la del discurso oficial que promete auxilios en abstracto, mientras en los hechos muchas comunidades siguen aisladas, hambrientas y sin respuestas concretas.
Las lluvias torrenciales que azotaron la entidad y otros estados provocaron inundaciones severas, en especial en Poza Rica, donde el río Cazones se desbordó y convirtió las calles en ríos.
Las inundaciones también sacaron a relucir varias mentiras, como la de la gobernadora Rocío Nahle, quien afirmó que era poco lo que el agua había salido de su cauce de ese río, cuando las imágenes fueron espeluznantes. Pero además echaron por la borda aquello de que hay suficientes recursos, ya que desde el gobierno federal se ha pedido a los empresarios que donen apoyos para llevar despensas y presten maquinaria para abrir los caminos. También se ha solicitado ayuda de la población para apoyar a los mexicanos que están en la desgracia de haberlo perdido todo. En redes sociales, muchas personas pidieron a sus conocidos que las ayudaran a limpiar sus casas y a sacar el lodo que las inundó. Que lo quiera ver, que lo vea.
En Veracruz hay decenas de muertos, comunidades incomunicadas y una crisis humanitaria que crece mientras los reflectores oficiales se enfocan en lo simbólico.
El gobierno federal anunció apoyos: desde censos casa por casa organizados por la Secretaría del Bienestar hasta la movilización de elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional para entregar electrodomésticos y recursos.
En paralelo, el discurso oficial asegura que estos apoyos llegarán —despensas, kits de limpieza, insumos y víveres— a cada zona afectada.
Mientras fingen entregar despensas, la gente clama por despensas; mientras anuncian víveres, exigen víveres. Y todo eso parece haberse convertido en una condición estructural: el Estado promete lo que la gente exige. En algunas comunidades, ese intercambio simbólico es lo único que llega a percibirse. En otras, ni siquiera eso.
En Oxitempa, Veracruz, a seis días del desastre, los pobladores denuncian abandono: “Aquí, lo que es la Guardia y la Marina, nada. Nada, nada, nada, nada”, repite el comandante del pueblo al relatar que no ha visto presencia militar ni apoyo institucional efectivo. En esa comunidad —unas 80 casas afectadas— las familias sobreviven con lo rescatado, con donaciones locales y con la esperanza de que alguien cumpla lo prometido.
Y Sepa la Bola… pero el abogado David Cohen no se reunió con Rafael Guerra
Si bien algunad voces han difundido la versión de que el abogado David Cohen se reunió con el magistrado Rafael Guerra, lo cierto es que el presidente del Poder Judicial de la CDMX nos aseguran que estaba atendiendo una reunión con el sindicato y con el órgano de administración cuando Cohen se hizo presente en el edificio.
Fuentes cercanas indican que, en realidad, el encuentro de Cohen fue con otro magistrado, y que solo existe una relación institucional, como con cualquier otro abogado.
Algunos medios, inconformes con la reforma al Poder Judicial y en campaña de golpeteo político hacia Guerra, han querido sacar conjeturas que carecen de sustento.
Guerra es un magistrado reconocido por su trabajo, tanto por la entonces jefa de Gobierno y hoy presidenta Claudia Sheinbaum, como por la actual mandataria capitalina Clara Brugada, pues su labor ha sido fundamental para mantener los índices de criminalidad en la CDMX históricamente bajos, en coordinación con la Fiscalía capitalina.