Por Víctor Barrera 

El optimismo desbordado de Claudia Sheinbaum el domingo pasado al ofrecer su primer informe de actividades de gobierno al pueblo, de Morena y aliados, sigue estando muy distante de la realidad de millones de mexicanos. 

Sheinbaum Pardo intento llevar este optimismo a través de números que posiblemente no conoce a detalle y que prefiere solo tomarlos como referencia. Aseguró que los programas sociales, seguirán vigentes, lo que significará que seguirá repartiendo la poca riqueza que se crea en el país a muchos mexicanos que requieren empleos y mejor capacitación para el trabajo que apoyos sociales. 

Se le olvida que en la globalización es importante para cada nación mostrar signos positivos que permitan atraer la atención de los inversionistas, para que pueda existir inversión a favor de su población. Y estos signos positivos es mostrar que se respeta el Estado de derecho, con leyes a favor del desarrollo social y además que los niveles de inseguridad bajos que permitan la confianza de los inversionistas, pero lo más importante que el aparato de estado está libre de corrupción, y hasta el momento ninguno de los factores mencionados se presenta en México. 

Claudia Sheinbaum sigue pidiendo pruebas para iniciar la investigación sobre presuntos funcionarios públicos y representantes populares que son señalados como cómplices de algunos grupos delincuenciales. Pero no pide a la Fiscalía General de la Republica inicie esas investigaciones acompañadas de la Unidad de Inteligencia Financiera, organismos que han sido creados para detectar actos ilícitos y no solo para corroborar que existieron esos actos ilícitos. 

El gobierno sabe que la clase política, lamentablemente, se encuentra contagiada por el mal de la corrupción y lo que hace es desviar la mirada d personajes cercanos a Morena para ponerla a personajes de la oposición política. 

Esto de alguna manera presenta un factor negativo para México, porque ningún inversionista colocará grandes cantidades de sus capitales a sabiendas que la corrupción empieza desde las estructuras del gobierno y que este al verse sorprendido prefiere inculpar a los otros y no iniciar las sanciones desde la misma estructura. 

Por tanto, deberemos señalar que ese optimismo desbordado de Claudia Sheinbaum, su equipo, partido y seguidores sigue siendo erróneo. En México no hay las condiciones suficientes para que se siga invirtiendo, de parte de la iniciativa privada, y de no cambiar esas condiciones seguiremos sufriendo crecimiento por debajo del 1.5 por ciento del Producto Interno Bruto. 

Entiendo que Claudia Sheinbaum ha impuesto su proyecto de gobierno y que obedece a construir el llamado segundo piso de la autollamada cuarta transformación, pero este camino nos ha dejado, al menos en este primer año de gobierno, un crecimiento anual inferior al punto porcentual, aunque Sheinbaum señale que se alcanzará 1.2 por ciento. 

Mantenemos un déficit de 4.1 por ciento del Producto Interno Bruto y que en este año terminará en 4.3 por ciento. Carecemos de recursos públicos para la construcción de infraestructura que desarrollen áreas económicas para favorecer el crecimiento nacional y las empresas del Estado. Pemex y CFE, siguen mostrando pérdidas importantes en su operatividad. 

Si a esto sumamos que la división de poderes solo es en papel, pero en los hechos no ofrece garantías de respeto a las leyes y el Estado de Derecho el panorama solamente nos indica que difícilmente lograremos alcanzar crecimientos por encima del 4 por ciento, lo que pospone aún más el bienestar y la mejoría en la calidad de vida de los mexicanos.