Por Víctor Barrera
En México se han acentuado dos problemas la corrupción y la impunidad, estos lamentablemente son las características de la 4T, ahora se maneja como sinónimo para poder describir a este autodenominado proyecto.
No son los únicos problemas persistentes en el país, pero son precisamente de donde derivan los otros.
Durante el sexenio pasado se eliminaron organismos que a decir del de Macuspana “estaban plagados de corrupción” y por supuesto de impunidad. Se decía que no había castigo porque la corrupción era tan extensa que no había oportunidad de sancionar a quienes los cometían actos ilícitos porque todos se protegían.
Ahora ha siete años de la 4T, estos problemas no han sido erradicados sino son más grandes y cada día, aun cuando se eliminaron esos organismos corruptos, los males persisten y estallan casi a diario sin que nadie de una respuesta o se aplique una sanción dando paso a la impunidad.
Estos casos de corrupción, puede ser insignificantes en los estados o municipios, ante los problemas nacionales, pero son precisamente eso pequeños problemas que escalan a lo nacional que son aprovechados por muchas personas, porque “a río revuelto, ganancia de pescadores”.
Porque los sucesos ocurridos como la explosión de la bomba en el puente la Concordia, o lo sucedido con la nieta del gobernador Rubén Rocha, sumado a las extorsiones que muchos alcaldes reciben de grupos delictivos, muestran que aun cuando pequeños, estos escalan a nivel nacional.
Hechos como lo ocurrió con Hernán Bermúdez Requena es una muestra clara que muchos “malos” piensan que escondidos en los estados o municipios no saldrá a la luz sus fechorías, sin embargo, para tratar de que estos problemas no solo sean de una sola persona se involucra a muchas, y en ocasiones son funcionarios públicos o sus familiares quienes son los involucrados.
Así al momento de estallar la bomba, la impunidad se hace presente porque desde el mismo gobierno se protege a los suyos con el objetivo de evitar los reclamos de la población, y además utilizan distractores burdos que llamen la atención y con ello se intenta que, en el pensamiento colectivo, la corrupción e impunidad quede en el olvido.