Claudia Sheinbaum, dijo el viernes que el aumento planeado de aranceles para autos importados desde Asia no es una medida de coerción ni va dirigida directamente contra China.

El Ministerio de Comercio chino ha criticado la decisión de México de aumentar los gravámenes, afirmando que la medida socavaría la confianza de los inversores y «afectaría gravemente al entorno empresarial de México».

«No son medidas de coerción y no son contra China. No son medidas contra un país. Tenemos muy buena relación con China y queremos seguir teniendo muy buena relación con ellos», dijo la mandataria en su conferencia de prensa diaria.

El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, anunció el miércoles que México subirá aranceles a autos ligeros importados de Asia —especialmente desde China— a un 50% desde el 15%-20% actual, tras informar el día previo que el país haría una reforma para corregir desbalances comerciales en sectores claves.

El Gobierno esgrime que los aumentos arancelarios buscan sustituir importaciones de Asia por producción nacional, proteger a la industria en el país y cumplir con el llamado Plan México, que pretende impulsar a la economía mexicana.

México no tiene tratados comerciales con China, Corea del ur, India, Indonesia, Rusia, Tailandia y Turquía. Su principal socio comercial es Estados Unidos, con quien comparte un tratado de libre comercio, junto con Canadá.

Sheinbaum afirmó que México no está violando ninguna norma internacional y detalló que el Gobierno ya había hablado con el de China cuando envió una comisión hace meses a la nación asiática y con el embajador chino en la capital mexicana.

«La próxima semana va a haber pláticas con ellos (China). Corea del Sur también se acercó al canciller para poder tener pláticas y siempre vamos a estar abiertos a las pláticas y no es nada contra ningún país en particular», agregó.