La vocera de la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa, Verona Hernández Valenzuela, reconoció que las medidas de vigilancia en hospitales de Culiacán deberán reforzarse tras la serie de ataques armados ocurridos entre el 29 y el 30 de agosto, que dejaron al menos cuatro personas muertas y varias heridas.

En conferencia encabezada por el secretario general de Gobierno, Feliciano Castro Meléndrez, la vocera explicó que había agentes en el Hospital Civil al momento del primer ataque porque las patrullas estaban desplegadas en recorridos preventivos.

“La presencia de las autoridades en los hospitales es permanente, insisto. Cuando hay heridos, hay policías en custodia solicitados por la autoridad investigadora. En este caso se tenía seguridad, los rondines se hacen por las inmediaciones de los nosocomios y se tendrán que reforzar las actuaciones definitivamente”, afirmó.

Por su parte, Cuitláhuac González, secretario de Salud de Sinaloa, indicó que se mantendrán patrullajes permanentes en unidades públicas y privadas, pero adelantó que los mayores ajustes se realizarán en los accesos a los nosocomios: entradas principales, laterales y traseras.

Según detalló, la Secretaría de Salud se enfocará en mejorar los filtros de entrada y salida de hospitales, en coordinación con instituciones de seguridad, para garantizar la presencia de personal militar o policial en los centros que son considerados de mayor riesgo por la concentración de pacientes.

El primer atentado ocurrió la noche del viernes 29 de agosto, cuando hombres armados dispararon contra el área de urgencias del Hospital Civil de Culiacán, asesinando a tres personas que esperaban noticias de familiares. El ataque, registrado alrededor de las 19:30 horas, dejó además tres heridos, uno de los cuales murió el 31 de agosto, lo que elevó a cuatro el número de víctimas mortales.

Por su parte el IMSS–Bienestar detalló, a través de un comunicado, que “ningún miembro del personal médico, de enfermería o administrativo resultó lesionado durante el incidente.

Sin embargo, la violencia se extendió al día siguiente, 30 de agosto, con dos ataques adicionales en hospitales: en una clínica privada de la colonia Centro, donde un joven internado por heridas de bala fue ejecutado, y en el Hospital General de Culiacán, donde sujetos vestidos como médicos asesinaron a un paciente de 21 años.