El próximo jueves 28 de agosto se conmemora en México el Día Nacional de las Personas Mayores en un contexto de transformación demográfica sin precedentes. El país vive un proceso de envejecimiento poblacional marcado por la reducción de la fecundidad, la baja en la mortalidad y el incremento de la esperanza de vida, que el año pasado se recuperó a 75.5 años. 

En diversas culturas (como la griega, romana, japonesa y del México prehispánico), los ancianos fueron símbolos de sabiduría y autoridad, pero actualmente, muchos enfrentan exclusión, pérdida de oportunidades laborales y aislamiento social, siendo el envejecimiento uno de los mayores retos sociales del Siglo XXI.

De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (Conapo), actualmente hay 17 millones 121,580 personas adultas mayores en México, lo que equivale al 12.8% de la población. Se prevé que en 2030 este grupo representará el 14.96%, superando a la población de 0 a 14 años, y que para 2070 alcanzará el 34.2 por ciento.

La edad mediana, que en el año 2000 era de 22 años, aumentó a 30.5 y podría llegar a 43 en 2050. En 2024, 27 entidades federativas se ubicaron en la etapa moderada-avanzada de envejecimiento, mientras que Estado de México, Ciudad de México, Veracruz y Morelos se encuentran en etapa avanzada.

Para 2030, Estado de México y la capital podrían superar el 21% de personas mayores, ingresando a la fase muy avanzada de este proceso. En tanto, la feminización del envejecimiento se explica por la mayor esperanza de vida femenina (78.9 años en 2024), junto a factores sociales y estructurales que elevan la mortalidad de los hombres en edades tempranas.

Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señalan que el 14% de la población tienen 60 años o más; el 53% son mujeres y e 47% hombres; cuatro de cada 10 sigue laborando activamente y el 15% vive sin compañía.