Los ingresos de las familias en México han mejorado de manera significativa en los últimos ocho años.
Particularmente, los ingresos medios en el decil I, que concentra a las familias más pobres, han crecido en este periodo. Pese a ello, todavía tienen una alta dependencia de transferencias directas.
Según cifras de la Enigh (Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares) en el 2024 el 36.2% del ingreso medio de las familias más pobres provenía de transferencias como becas, pensiones, apoyos del gobierno o remesas.
Para el decil V las transferencias representan 18.5% del total.
Mientras que para las familias del decir X (las más ricas) este rubro representa apenas 15.6% del total de percepciones.
Estas cifras exponen que gran parte del dinero que disponen periódicamente los hogares más pobres no depende directamente de su trabajo; lo que podría generar mayor vulnerabilidad social y económica.