Por Víctor Barrera

El próximo viernes vence el plazo que otorgo Donald Trump a los países con que mantiene una relación comercial, para presentar una alternativa que convenga a ambas partes y evitar con ello la aplicación de aranceles hasta de 30 por ciento a sus productos que entran a Estados Unidos.

En la semana que termino tanto Japón, como la Unión Europea llegaron a un acuerdo con el gobierno de Donald Trump que les permitió reducir el nivel del arancel a solo 15 por ciento y la oportunidad de inversión tanto de Japón como los países de Unión Europea en Estados Unidos y viceversa.

Esto podría ser un elemento de alivio para México y evitar que se aplique un arancel de 30 por ciento a los productos que exportamos. Sin embargo, la razón principal para Donald Trump de una posible negociación , no se basa en aun acuerdo comercial, sino en la participación decidida del gobierno mexicano de entregar a personajes de la política mexicana que tienen vinculación con los cárteles mexicanos y que de alguna manera han aportado para que estos grupos no solo expandan su poder en una tercera parte del país, sino que estos grupos sean quienes decidan a los candidatos para competir por un puesto público de elección popular.

En la carta enviada al gobierno mexicano por parte de Donald Trump se manifestaba que esperan se restablezca la cooperación con Estados Unidos, para combatir a estos grupos criminales. Algo que se rompió con el gobierno de López Obrador. Así lo confirma al reconocer que el gobierno de Claudia Sheinbaum ha mostrado una reactivación al combate al crimen organizado.

A partir de esto debemos señalar que el gobierno de Donald Trump espera que la alternativa es permitir ese trabajo de cooperación para que ambas naciones puedan ir en contra de los socios de los cárteles, incluyendo aquellos que les brindan apoyo desde el ámbito empresarial y protección desde el gobierno.

Es tiempo entonces que Claudia Sheinbaum se decida si trabajará en coordinación con el gobierno de Estados Unidos y evitar seguir protegiendo a políticos que son un dolor de cabeza para el país y que favorecen a esos grupos criminales.

Es el tiempo de que el gobierno rompa con esa complicidad que se mantiene aún entre algunos políticos y los delincuentes, pero esto significará también mover las estructuras de Morena y esto podría convertirse en un cisma que podría terminar con el poder de Morena y empezaría su destrucción política.

Por tanto, el reto para Sheinbaum Pardo es establecer una estrategia que erradique el mal en ese Movimiento pero que evite su destrucción. Algo que se e imposible si tomamos en cuenta que el Movimiento es propiedad de López Obrador y no de Claudia Sheinbaum.

Así que el desafío es mayor peso se necesita una voluntad valiente para tomar lo que es una medicina amarga para Morena. Por tanto, será necesario tener toda la información necesaria que sostenga la decisión y con ello evitar el golpeteo a su persona. También deberá decidir como estadista, con la neutralidad suficiente para mostrar que está a favor de defender los intereses de México, no los de Washington o los de algún grupo o grupos de Morena. Se ve difícil pero no imposible si Claudia Sheinbaum quiere erradicar esa corrupción y hacer crecer económicamente a México.