La confianza por parte de la Unión Europea en relación al estado de las negociaciones con Estados Unidos se rompió el día en el que Donald Trump amenazó por carta con imponer aranceles del 30% al bloque comunitario. Por ese motivo, ahora que ambas partes están a punto de cerrar un acuerdo comercial al que sólo le falta la luz verde del presidente de EU, el bloque comunitario opta por presumir su músculo.

Hoy la Comisión Europea anunció que fusionará sus dos principales herramientas de respuesta arancelaria en un megapaquete de más de 90,000 millones de euros de productos estadounidenses importados a la Unión Europea. La medida es más que la suma de la primera lista de aranceles de represalia anunciada en abril, por 21,000 millones, y la segunda, aún pendiente de aprobar y valorada en 72,000 millones de euros.

«Fusionamos las listas para hacer nuestras contramedidas más claras, simples y más fuertes y, aunque no entrarán en vigor hasta el 7 de agosto [salvo que se alcance un acuerdo antes] se les enviará a los Estados Miembros para que lo aprueben», explicó Olof Gill, portavoz de Comercio de la Unión Europea.

La primera lista arancelaria, pensada para responder a los gravámenes sobre el acero y el aluminio impuestos por Trump, contenía aranceles fijos que se movían entre un 15% y un 25% dependiendo de la categoría del producto.

Por el contrario, el segundo paquete no fijaba tasas porcentuales de ningún tipo a propósito para dotar a esta medida de una mayor flexibilidad, pues se podía ajustar el arancel en función de la respuesta y el alcance que se quisiera tener en cada momento.

Ahora, la fusión de ambas listas permitirá que ambos paquetes gocen de ese grado extra de flexibilidad, algo considerado clave si se entra en una etapa de escalada de la tensión comercial en la que Trump pudiera ir anunciando nuevos aranceles de forma indiscriminada, como ocurrió en abril en la batalla frontal contra China. La idea, señalan fuentes comunitarias, sería golpear a EU con un arancel idéntico al que imponga -presumiblemente un 30%- si no se termina de cerrar el acuerdo.

La Unión Europea está dispuesta a aceptar un importante desequilibrio en la relación comercial, como muestra la voluntad de aceptar un acuerdo con aranceles del 15% para el bloque comunitario. Sin embargo, tal y como señaló la semana pasada el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, un 30% prácticamente prohibiría el comercio transatlántico.

Según informó el Financial Times la pasada semana, la Comisión Europea también trabaja en una nueva lista arancelaria, la tercera del bloque, que en esta ocasión pondría el foco en los servicios digitales. Este sector es una de las principales exportaciones estadounidenses, pero hasta la fecha la Unión Europea había optado por dejarlo al margen al considerar que supondría una importante escalada de las tensiones con EU, pues los gigantes tecnológicos han ejercido en otras ocasiones una presión relevante sobre las decisiones de la Casa Blanca.