Uno de los principales retos que enfrenta el sistema penitenciario en México es la sobrepoblación en las cárceles.

Al corte del 2024, se observó que la tasa de ocupación es de 103 personas privadas de la libertad por cada 100 espacios disponibles, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Está problemática es particularmente grave en los centros penitenciarios estatales; los federales, los centros especializados o los de internamiento para adolescentes muestran una ocupación significativamente más baja.

A nivel nacional hay cerca de 135 centros penitenciarios con sobrepoblación, lo que repercute en las condiciones sociales y económicas de las cárceles. Algunos de los efectos son: hacinamiento, difícil acceso a la salud, alimentación y espacios dignos e incluso inseguridad, conflictos internos o violencia al interior de las cárceles.