El sector patronal agrupado en la COPARMEX manifestó preocupación por la deuda que prevalece de Petróleos Mexicanos con sus proveedores, muchos de ellos Mipymes. El organismo encabezado por Juan José Sierra Álvarez dijo que, a pesar de la disminución de hasta un 20 por ciento de ésta, el monto sigue siendo de proporciones insostenibles, aproximadamente de 404 mil millones de pesos, ya que estos adeudos asfixian la operación de estas empresas por malas prácticas, sobrecostos y hasta contratos poco transparentes, heredados de gestiones anteriores.
“El impacto de no atender con urgencia estos adeudos está comprometiendo la viabilidad de miles de negocios. Cada factura pendiente representa el sustento de familias que dependen de empresas proveedoras en riesgo de cerrar. Muchas ya han tenido que reducir personal, cancelar operaciones o detener proyectos. En los casos más extremos, empresarios han perdido su patrimonio personal por no poder enfrentar compromisos fiscales, laborales o financieros derivados del incumplimiento de pagos por parte de Pemex”.
El líder patronal señaló que la corrupción es uno de los principales factores que alentó llegar a los actuales niveles de retraso en el pago y afectación económica, en donde todavía con el adeudo, las empresas son “invitadas” a colaborar para que salgan sus pagos.
“Distintas empresas han denunciado presiones indebidas y posibles actos de corrupción al interior de Pemex para liberar pagos legítimamente adeudados. No podemos permitir que el cobro por servicios contratados derive en procesos opacos o condicionados. Hacemos un llamado urgente al Gobierno Federal y a la dirección general de Pemex, para que se transparente el estado actual de los adeudos, se establezca un calendario público, claro y verificable de pagos, y se garantice que ninguna empresa tenga que recurrir a prácticas irregulares para obtener lo que legalmente le corresponde”.
Finalmente, Sierra Álvarez dijo que, mientras prevalezcan los adeudos, miles de empresas seguirán en riesgo de detener operaciones, despedir personal o incluso cerrar definitivamente. El incumplimiento de pagos se concentra especialmente en: Ciudad del Carmen, Tapachula, Hidalgo, Irapuato, Tamaulipas, Oaxaca, Reynosa, Tabasco, Tampico y Veracruz, donde cientos de proveedores ven amenazado su futuro y el de sus comunidades.