Irán lanzó este domingo una nueva oleada de misiles contra Israel, donde el primer ministro Benjamin Netanyahu advirtió que Teherán «pagará un precio muy alto» tras la muerte de una decena de civiles.
En Israel, que continúa sus ataques a instalaciones militares y depósitos de combustible en suelo iraní, la población fue llamada por tercer día consecutivo a resguardarse en los refugios cuando sonaron las alertas por la llegada de otra andanada de misiles balísticos disparados desde Irán.
En Teherán, el gobierno anunció que mezquitas, estaciones de metro y escuelas servirían como refugios para la población a partir de este domingo por la noche.
En Israel, los ataques del sábado y el domingo de madrugada dejaron diez muertos y más de 200 heridos, según los servicios de emergencia y la policía, llevando a 13 el número de víctimas mortales desde el viernes.
En Irán, al menos 128 personas, incluidas mujeres y niños, han muerto y unas 900 resultaron heridas en ataques israelíes, según el diario Etemad, citando al Ministerio de Salud.
El objetivo de Israel es atacar «todas las instalaciones y objetivos del régimen» en Irán, dijo el sábado Netanyahu.
El conflicto empezó el viernes cuando el ejército israelí lanzó un ataque a gran escala sin precedentes contra Irán con el objetivo declarado de evitar que se dote de armas nucleares.
Después de décadas de guerra indirecta y operaciones puntuales, se trata de la primera vez que los dos países se enfrentan militarmente con tanta intensidad.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aliado de Israel, instó el domingo a las partes en conflicto a «llegar a un acuerdo». El mandatario dijo que era «posible» que su país se involucrara en el conflicto, pero aseguró que «no está involucrado en este momento».
Pero el ministro de Exteriores iraní, Abás Araqchi, asegura que que tiene «pruebas sólidas sobre el apoyo de las fuerzas y bases estadounidenses» en los ataques de Israel.
El ejército israelí indicó haber alcanzado el domingo 80 objetivos en Teherán que movilizaron «unos cincuenta aviones de combate».
Entre los objetivos se encuentran instalaciones relacionadas con la energía nuclear y dos depósitos de combustible. El domingo por la tarde se escucharon nuevas explosiones en Teherán.
Según la agencia iraní Isna, uno de los objetivo fue la sede de la policía, en el centro de la capital, donde a pesar de ello volvieron a abrir cafés y tiendas y se ha reanudado el tráfico.
El jefe de la policía de carreteras, Ahmad Karami, informó a la agencia Irna de un «intenso tráfico en los puntos de salida de la capital» y del «aumento» del número de vehículos que salen de Teherán.
El ejército israelí ha pedido a los iraníes que evacuen las áreas «cercanas a las instalaciones militares».
También indicó haber atacado el Ministerio de Defensa y la llamada Organización de Innovación e Investigación Defensiva, que considera el corazón del proyecto iraní para construir armas nucleares.
El domingo de madrugada las sirenas volvieron a sonar en varias ciudades de Israel.
En Bat Yam, al sur de Tel Aviv, varios edificios residenciales quedaron destruidos por los ataques iraníes
«¡No queda nada, no hay casa, se acabó!», dijo Evgenia Doudka, cuyo apartamento quedó destrozado. «Sonó la alarma y fuimos al refugio. De repente, todo el refugio se llenó de polvo, y fue entonces cuando nos dimos cuenta de que acababa de ocurrir un desastre».
«Estoy estresada y en shock. He pasado por períodos difíciles en mi vida, pero nunca había estado en una situación como esta», dijo Julia Zilbergoltz, una residente cuya casa fue alcanzada por un misil.
Desde que comenzó el conflicto, el viernes, 13 personas han muerto y 380 han resultado heridas en Israel, según las autoridades.
«Irán pagará un precio muy alto por el asesinato premeditado de civiles, mujeres y niños», dijo Netanyahu durante una visita a Bat Yam.
Gran parte de los misiles y drones iraníes han sido interceptados, según el ejército israelí, y Estados Unidos ayudó a Israel a derribarlos, dijo el viernes un funcionario estadounidense.
La campaña aérea masiva contra Irán que Israel lanzó el viernes mató a altos cargos del régimen iraní, incluido el jefe de la Guardianes de la Revolución, Hosein Salami, el jefe del Estado Mayor del ejército, Mohamad Baqeri, y nueve científicos del programa nuclear.
Tanto Israel como los países occidentales acusan a Irán de querer dotarse de armas nucleares, algo que Teherán niega y defiende su derecho a desarrollar un programa nuclear civil.
«Si la agresión se detiene, nuestra respuesta se detendrá», dijo el ministro de Exteriores iraní, acusando a Israel de tratar de «descarrilar» las negociaciones nucleares indirectas que habían comenzado en abril con Estados Unidos.
Los ataques de Israel apuntaron entre otros al centro de enriquecimiento de uranio de Natanz, en el centro del país, cuya parte superficial fue destruida según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Israel también dijo que había «desmantelado» una planta de conversión de uranio en Isfahán.
Después de atacar sistemas de defensa aérea y decenas de lanzadores de misiles, Israel aseguró el sábado que ahora tiene «libertad de acción aérea en todo el oeste de Irán, hasta Teherán».