Este verano 2025, además de los turistas, llegarán a las playas del Caribe mexicano miles de toneladas de sargazo, con un aumento de más del 40% en comparación con años anteriores, de acuerdo con expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El sargazo es un alga del género Sargassum, la cual se ha incrementado debido a factores como la contaminación del océano con fertilizantes y el aumento de las temperaturas por el calentamiento global. Al llegar a las costas del Caribe mexicano genera graves afectaciones en la economía y en el medio ambiente.
La investigadora Leticia Durand Smith, del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, advirtió que este año el fenómeno alcanzará niveles sin precedentes, superando incluso los récords de 2018 y 2023, cuando estas macroalgas invadieron playas y arrecifes.
En mayo de 2025 se identificaron 37.5 millones de toneladas de sargazo flotando entre el mar Caribe y el Golfo de México, la cifra más alta registrada, de acuerdo con la Universidad del Sur de Florida (USF).
Por su parte, la Secretaría de Marina (Semar) informó que, en lo que va de este 2025, la cantidad total acumulada de sargazo entre los siete puertos del estado de Quintana Roo ha sido de un aproximado de 4 mil 236 toneladas.
Desde 2011, durante la primavera y el verano se forma una masa gigante de algas en el océano Atlántico, desde la costa oeste de África hasta el golfo de México, en lo que se conoce como el “Gran Cinturón de Sargazo del Atlántico”.
El sargazo llega a las costas de Quintana Roo, la península de Yucatán y a otras zonas turísticas arrastrado por la corriente marina. Al acercarse a las costas se muere y entra en estado de descomposición. Entonces, forma un lodo que flota sobre el mar, y se ha denominado “marea marrón”.
El sargazo como “marea marrón” reduce drásticamente la penetración de luz solar y los niveles de oxígeno en el agua. Esto provoca afectaciones en diversas especias, como peces, aves, pastos marinos y arrecifes.
Por esta situación en 2016, los arrecifes coralinos sufrieron una mortalidad de 27% agravando su deterioro previo causado por el desarrollo urbano y el turismo, afirmó Durand Smith.
De acuerdo con la investigadora de la UNAM, también afecta a las tortugas marinas, ya que se ha registrado un incremento de fibropapilomatosis, padecimiento que les provoca tumores en la piel: “mientras en 2008 había 1.6% de casos en las tortugas de Akumal (Quintana Roo), para 2018 el porcentaje se incrementó al 54%”, mencionó.
Cuando el sargazo se descompone y se seca en la playa, libera gases tóxicos como sulfuro de hidrógeno y amoniaco, que pueden causar complicaciones en diversos organismos. Las tortugas marinas enfrentan obstáculos físicos para anidar y eclosionar sus huevos, mientras que los gases generan en los humanos mucosas, dolor de cabeza y náuseas.
El impacto económico del sargazo es difícil de calcular, pues afecta al turismo, la pesca, la salud pública y la limpieza de las playas. El costo sólo por la limpieza de sargazo en el Caribe en 2018 fue estimado en 120 millones de dólares, de acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés).
Además, contaminan visualmente el paisaje y desprenden un olor desagradable, que aleja de la playa a los turistas. Esta situación se presenta cuando la Riviera Maya ha registrado bajos niveles de ocupación hotelera. En mayo, registró menos del 61% de ocupación sobre una disponibilidad de alrededor de 58 mil cuartos.
Por ello, se puso en marcha la Operación Sargazo 2025, en la que se desplegaron un total de 13 unidades marítimas para recolectar las grandes cantidades de la macroalga en mar abierto y evitar que llegue a las playas.
Sin embargo, a un mes de que empiece el periodo vacacional de verano, comerciantes, restauranteros y hoteleros se ven afectados por la elevada presencia de macroalgas. Locatarios entrevistados por Milenio afirmaron que el esfuerzo no es suficiente para evitar el impacto económico en la zona, que desde hace algunos meses sufre una baja en el turismo.
En el marco de la operación, la Marina instaló 7 mil 500 metros de barrera sargacera en Puerto Morelos, Playa del Carmen, Tulum y Mahahual. Además, calcula recolectar 77 toneladas de sargazo en los próximos días.
La UNAM advirtió que se necesita un marco legal que regule la disposición del sargazo y fomente su aprovechamiento. Aunque autoridades y hoteleros implementan acciones para limpiar las playas y minimizar su impacto, se estima que limpiar un kilómetro de playa puede significar más de un millón de dólares al año, por lo que es una solución costosa.
Además, si se desecha de forma inadecuada los lixiviados del sargazo se filtran a través de los suelos cársticos de la Península de Yucatán y contaminan los acuíferos, advirtió Durand Smith. Por ello, algunos hoteles y gobiernos locales están invirtiendo en embarcaciones especializadas para recolectar el sargazo antes de que llegue a la costa, evitando su descomposición.
Asimismo, investigadores de la UNAM desarrollaron el “Sargapanel”, un material de construcción hecho con sargazo seco mezclado con yeso y resinas, resistente al fuego y a las altas temperaturas. Sus creadores buscan que se convierta en una alternativa ecológica para reducir la reforestación y aprovechar el sargazo.
Otra estrategia son las barreras, como las que colocó la Marina, pero al utilizarlas se necesitan barcos para retirar el material orgánico antes de que se hunda y pase por debajo.