Luego del anuncio que realizó el gobierno de México en cuanto a la reducción de la jornada laboral en el país, la iniciativa privada (IP) ha recibido de buena manera la gradualidad prometida, pero reconocen que no es suficiente y buscarán que se construya un proyecto con reglas específicas, flexibles y acorde a las realidades de los diversos sectores. 

El primero de mayo, el titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Marath Bolaños, anunció que el 2 de junio iniciarán las mesas de diálogo entre el gobierno, empresarios y sindicatos, para reducir la jornada laboral en México y llegar a las 40 horas a más tardar en 2030.

“Por instrucciones de nuestra presidenta, la doctora Claudia Sheinbaum, comenzaremos con la instauración paulatina y gradual de la semana laboral de 40 horas en nuestro país. Reduciremos la semana laboral, hasta llegar al año 2030 a un total de 40 horas semanales”, comentó en su momento el secretario.

En ese sentido, el presidente de la Comisión Laboral del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Lorenzo Roel, dice a El Economista que los diálogos con las autoridades servirán para poner sobre la mesa los análisis que debe llevarse a cabo, con el fin de conocer qué actividades económicas pueden considerarse como casos de excepción en la reducción de la jornada laboral. 

“Habrá que analizar que las mipymes puedan considerarse como casos de excepción. Es muy probable que ese nivel de empresas con poca capacidad, presenten incrementos de costos en sus productos y servicios. No tienen la posibilidad y habrá que considerar en estos diálogos qué tamaños de empresa, qué tipo de actividades pudieran considerarse como excepcionales, o en su caso encontrar fórmulas de cómo se puede avanzar sin que las afecte o que las empuje al cierre”, resalta.

En ese tenor, el representante del CCE confía en que durante los diálogos se les dedicará el tiempo y participación suficiente a todos los convocados, con el objetivo de detectar las mejores fórmulas, y, sobre todo, lo que cada sector requiere para un correcto funcionamiento de la reducción laboral.

“Porque no es nada más acordar en forma progresiva reducirse la jornada, sino qué requerimientos se necesitan. Uno de los temas importantes es analizar qué fórmulas podemos acordar para flexibilizar la jornada. En otros países no es nada más la reducción, sino fórmulas de flexibilizar la jornada”, destaca.

El representante del organismo empresarial comenta que, si bien, aún no cuentan con los detalles sobre cómo se van a llevar a cabo las participaciones en las mesas de diálogo, es necesario escuchar a todos los actores productivos.

“Estamos a la espera de esas propuestas, de esas invitaciones. Lo importante es que participen los diversos sectores económicos que son producción y servicios para efecto de que, en este diálogo, se escuche cómo pudiera hacer y en qué actividades económicas ir migrando paulatinamente a la reducción de jornada”, comenta.

Roel indica que otro factor importante que deben tener presente el gobierno federal, el sector empresarial y las representaciones de los trabajadores, es encontrar las rutas que sean viables, para que nos se vea afectada la economía del país, la competitividad de las empresas, ni se afecte de alguna manera a los trabajadores.

“Lo que menos queremos, es que las medidas produzcan desempleo, sino encontrar fórmulas viables, analizar qué ha sucedido en otros países donde se han llegado a estrategias de migrar progresivamente en la reducción de jornada. Tenemos una tarea importante. Es una de las reformas en materia laboral que son de gran calado por el impacto que puede traer.

Lorenzo Roel señala que si bien, el sector privado aún no tiene propuestas específicas para presentar al gobierno y al sector sindical en las mesas de diálogo, están recabando información de diversos sectores productivos para contar con un análisis de impactos y rutas a seguir.

“No tenemos propuestas, ni contrapropuestas, simplemente presentaremos un análisis económico de los impactos en las diversas formas de ir migrando, y creo que lo que nos conviene a todos es encontrar una fórmula que precisamente no tenga impacto económico ni al país, ni a empresas, ni que perjudique a trabajadores”, resalta.

Expone que al momento se encuentran trabajando con diversas asociaciones y organismos, así como con medianas y grandes empresas con el fin de contar con los elementos suficientes.

«Y ya en la mesa poder intercambiar opiniones con el gobierno. Pero seguramente estaremos preparados para dialogar, hacer propuestas, intercambiar opiniones, en relación con la mejor fórmula para llevar a buen puerto una adecuación a la Ley federal del Trabajo», comenta.

Roel apunta que una de las inquietudes que tiene el sector empresarial, es la negociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en cuanto a los aranceles, situación que sumada a la reducción de la jornada laboral podría representar grandes retos para las empresas en el país.

“El impacto de la reducción de jornada y el impacto que pudiera tener más costos para las empresas en el tema de aranceles, pudiera complicar la fórmula. Si ya tuviéramos definido la negociación del tratado podríamos decir bueno, ya nada más nos queda la preocupación de este impacto. Pero ahorita tenemos esos dos temas”, señala.

Lorenzo Roel confía en que las mesas de diálogo con autoridades y sindicatos se ofrezca el diálogo suficiente donde se revisen todos los sectores para encontrar las mejores decisiones en favor de México.

“Estamos a la espera del inicio de estas mesas, y con la confianza de que se dé el diálogo suficiente, los análisis y consideración de los efectos, y encontrar las mejores fórmulas y decidir el momento a partir de cuándo pudiera iniciar la reducción, de qué forma, y sobre todo temas relacionados con la flexibilización de la jornada”, destaca.

Apunta que uno de los principales temas será encontrar la forma para incrementar la productividad del país, “porque entre más se eleve la productividad, menos complejidad podemos tener en este tipo de esfuerzos material laboral”.