El Diputado Federal Miguel Alonso Reyes presentó una iniciativa de reforma a la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes con el propósito de fortalecer la políticas públicas en torno a la crítica situación que enfrentan miles de niñas, niños y adolescentes en situación de orfandad o indigencia, especialmente aquellos que trabajan en la vía pública haciendo malabarismo, vendiendo dulces, limpiando parabrisas o pidiendo limosna en los cruceros, enfatizando que están expuestos a peligros constantes y carentes de un entorno seguro donde refugiarse.
El integrante del Grupo Parlamentario del PRI expuso que el proyecto plantea cambios a los artículos 2, 22 y 47 de dicha ley, con el objetivo de obligar al Estado a generar políticas públicas integrales que garanticen la protección, el bienestar y el desarrollo pleno de los menores en condiciones de extrema vulnerabilidad.
Para ello, propone la creación de un Programa Especial de Atención a este sector vulnerable al que se le asigne un presupuesto económico suficiente y que año con año se incremente, y con ello el Estado asuma la obligación de brindarles el cuidado y la atención que necesitan, así como acceso gratuito a servicios esenciales como alimentación, salud, educación, seguridad, un techo donde dormir y abrigo.
Precisó que México enfrenta un rezago grave en la atención de la niñez más marginada, “sin acceso a derechos básicos ni tampoco están registrados ni forman parte de algún padrón o censo oficial”, lamentó.
El congresista señaló que esta falta de información impide diseñar políticas efectivas. Anotó que la situación se vuelve aún más crítica al considerar que una parte significativa de estos menores proviene de comunidades indígenas y se ven obligados a migrar hacia zonas urbanas del país en busca de contribuir a la subsistencia familiar.
Puntualizó que la imagen de estos pequeños, descalzos y sosteniendo carteles improvisados en los semáforos, expuestos a accidentes viales constantes, es un reflejo desgarrador de esta cruel realidad. Algunos apenas pueden caminar, mientras que otros son bebés en brazos de madres adolescentes, subrayando aún más la precariedad de su situación. Este escenario evidencia no solo la falta de oportunidades, sino también la ausencia de un entorno seguro que garantice su desarrollo y protección.
Indicó que muchos menores sobreviven mediante trabajos informales o mendicidad forzada y están constantemente expuestos a enfermedades, desnutrición, violencia, explotación o incluso al reclutamiento de parte de grupos criminales.
Tras mencionar que esta iniciativa es un compromiso de elemental humanidad con las infancias, Alonso Reyes remarcó que la niñez que por necesidad tiene que trabajar y vivir en las calles, representa una derrota para toda una Nación, pero una niña o niño que viven y se desarrollan en un entorno feliz, representa una victoria para toda la humanidad.