a lograr la propuesta del gobierno para la reducción gradual de la jornada laboral, que busca llegar a las 40 horas semanales, se necesitan generar reglas y condiciones adecuadas para cada sector, señala Pedro Américo Furtado de Oliveira, director de la Oficina País de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para México y Cuba.
Agrega que, frente a un entorno económico y laboral cambiante, es difícil prever cuáles serían los efectos y los desafíos de reducir la jornada laboral en México, sin embargo, se estiman escenarios positivos para la salud de los trabajadores y la seguridad.
“La reducción tiene que estar inducida de manera muy correcta, es decir, hay medidas adecuadas para cada sector; porque puede ser que, a largo plazo se logre disminuir la informalidad, y eso claro, no va a ser inmediato, pero se van moviendo los trabajadores del sector informal al formal, y eso sabemos que podrá suceder”, asegura.
En ese sentido, refiere que es fundamental tomar en cuenta qué tipo de inversiones realizarán las empresas en cada caso para la reducción de la jornada mediante nuevas tecnologías, automatización de algunos procesos, sin generar algún efecto secundario negativo, “que ese proceso sea paulatino, discutir con cada sector”.
El pasado primero de mayo, el titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Marath Bolaños, dijo que será el 2 de junio cuando iniciarán las mesas de diálogo entre el gobierno, empresarios y sindicatos, para reducir la jornada laboral del país hasta llegar a las 40 horas.
“Por instrucciones de nuestra presidenta, la doctora Claudia Sheinbaum, comenzaremos con la instauración paulatina y gradual de la semana laboral de 40 horas en nuestro país. Reduciremos la semana laboral, hasta llegar al año 2030 a un total de 40 horas semanales”, comenta en su momento.
En ese tenor, Furtado de Oliveira califica como interesante lo que México está tratando de realizar al promover el diálogo tripartito mediante las mesas técnicas que se anunciaron hace unos días.
“Nosotros valoramos muchísimo esa toma de decisión, que sea un proceso gradual y sentadoscon cadasector, cada sindicato debe estar ahí opinando. Que sea un proceso transparente, de buena fe, y un diálogo tripartito muy técnico, y eso creo, que lo que está haciendo México; también es respetar todas las posiciones económicas, tenemos estados del país con situaciones productivas muy diversas, y en eso se debe tomar en cuenta que cada sector es clave”, asevera.
El representante de la OIT resalta que es importante priorizar a las industrias y las ocupaciones que demanden esfuerzos físicos altos, así como las que constituyan un riesgo para la salud de los trabajadores.
“Eso es algo que nosotros recomendamos a las empresas tomar en cuenta: cuáles son los sectores, industrias u ocupaciones que generan mayor esfuerzo físico, porque eso es lo que va a impactar en la salud, desempeño y evidentemente la productividad de las empresas. Entonces, sería una manera de arrancar un debate” resalta.
Pedro Américo Furtado comenta que la forma en que México está avanzando en la reducción de la jornada laboral ofrece cierta “tranquilidad” a la OIT respecto a los procesos que busca materializar con las mesas de diálogo.
“Nos da una cierta tranquilidad, y eso creo que vale la pena recalcar, es la manera como se está tratando de avanzar con ese debate, lo que nosotros siempre tratamos de tener, es que exista una discusión tripartita, es decir, bajo un diálogo social tripartito”, comenta.
Añade que ha sostenido pláticas con el propio secretario del Trabajo, donde dialogan sobre la manera de avanzar con esos debates, y como la OIT emite recomendaciones de espacios, tripartitos, técnicos, donde se escuchen a todos los sectores.
“Esa manera gradual, es lo que está plasmado en la recomendación 116 de la OIT. Todo relacionado a leyes, normas y reglamentos de la ley de trabajo debería seguir una liturgia tripartita. La dinámica tripartita que sea técnica con los actores es lo que sabemos es lo más idóneo”, resalta.
Sobre qué aspectos deben quedar definidos cuando se realiza una reforma de esta naturaleza, el representante del organismo internacional comenta que son diversos factores que se deben analizar, los más destacados son
Promoción de la salud y seguridad
Cambio conveniente para la familia en cuanto a mejorar el equilibrio entre trabajo y vida privada La promoción de la igualdad de género, porque cada vez más las mujeres tienen necesidades que se deben tomar en cuenta como la maternidad y lactancia Facilitar la elección y la influencia del colaborador para poder elegir sus horas de trabajo con la empresa. “En México una recomendación que se propone es que se proceda de manera progresiva, que esa resolución sea progresiva, y es lo que el propio secretario Marath y la presidenta Claudia Sheinbaum anunciaron el primero de mayo”, recuerda.
Furtado de Oliveira señala que existe mucha preocupación con el tema de las pymes, sobre todo, cómo se adecuarán dentro de una cadena productiva en todos los procedimientos, una vez que se empiece con la reducción de la jornada laboral. “Es importante que todo ese proceso se discuta por sectores, y tomar en cuenta el nivel económico de cada estado del país. Se va a dar en varios lugares de México la discusión teniendo en cuenta las vocaciones económicas. Eso es fundamental, porque tendrá cada sector oportunidad de llevar sus datos, evidencias, para en el mediano y largo plazo ir reduciendo», apunta.
Por otro lado, Pedro Américo Furtado indica que en los países que tienen largas jornadas de trabajo, (más de 48 horas), no solamente se afecta la salud y la seguridad de la plantilla laboral, sino que también la productividad.
“Largas horas de trabajo va a impactar en la productividad, eso es evidente. Se debe tomar en cuenta los procesos de cada sector, buscar sectores de la economía, donde sabemos que el proceso activo es muy desgastante. Las evidencias demuestran que una jornada laboral más corta ayuda a la motivación, hay menos ausentismo, menos accidentes, y eso impacta en los costos de la propia empresa”, destaca.
Dos de los países que se encuentran actualmente en la transición de la reducción de la jornada laboral son Chile y Colombia
, en los cuales la baja de horario de trabajo incluye temas como la gradualidad, flexibilidad y protección del salario.
Las dos economías están reduciendo una hora por año. Chile terminaría en 2028 la transición a la semana de 40 horas y Colombia alcanzaría las 42 horas para el 2026.
Los dos países cuentan en sus modificaciones con medidas de protección al salario de los trabajadores, con el objetivo de evitar que la reducción de la jornada laboral esté acompañada de una baja en la remuneración de las personas.