El alza de precios continúa impactando en el bolsillo de los consumidores mexicanos, por ello 74 por ciento está cambiando sus hábitos de compra y apuestan por productos más económicos, destaca una investigación realizada por la firma EY. 

Además, el 78 por ciento de los consumidores percibe reducción en el tamaño de los empaques, de acuerdo con el informe EY Future Consumer Index.

Francisco Olivares, socio líder adjunto de consumo para EY Latinoamérica destaca que este reajuste en el tamaño de los productos se suele dar en épocas de inflación, pues “las marcas o productos para mantener el precio bajan el gramaje o los mililitros que hay en el empaque y luego vuelve a subir o se hace una presentación más grande”.

El 75 por ciento de los mexicanos ha notado que las marcas están innovando; sin embargo, el 36 por ciento detecta que muchas de las mejoras son por recortes de costos, es decir, brindar un precio más económico está por encima de ofrecer un mejor producto.

Ante esta alza de precios, el 35 por ciento de los consumidores ya no consideran las marcas como un factor importante en sus decisiones de compra, es decir, priorizan el valor de la compra y no el producto, puesto que seis de cada 10 dicen que las marcas propias satisfacen sus necesidades igual que las marcas tradiciones.

Otro dato que sobresale en el estudio es la preferencia de los descuentos, porque 3 por ciento espera las promociones y el 48 por ciento compra en tiendas o supermercados de descuentos, pero sólo 19 por ciento se une a programas de lealtad o recompensa. 

El 43 por ciento elige marcas más baratas o de calidad similar y el 36 por ciento de los consumidores que cambia a productos propios no piensa volver a las marcas tradiciones, y quienes dicen que sí regresarían lo harían sólo si se ofrece algo mejor, como sabor, calidad o desempeño.

Ante este panorama, la innovación puede ser un factor que impulse a los productos, así lo consideran siete de cada 10 consumidores; sin embargo, el 42 por ciento cree que muchas mejoras son sólo tácticas de reducción de costos. Esta desconfianza obliga a las empresas a diseñar experiencias que combinen tecnología con valor percibido.

De hecho, cuando el consumidor ve que una marca está haciendo cambios positivos los hace sentir con un mayor apego a la marca; sin embargo, «innovar sin propósito no los convence, por ello exigen mejoras tangibles. “La sustentabilidad no es un plus, sino una obligación”.

Por ello, Francisco Olivares puntualiza en la necesidad de que las marcas comuniquen lo que están haciendo para mejorar sus productos y el impacto que generan en la comunidad o al consumirlo, pues 41por ciento de los mexicanos dice que sí estaría dispuesto a pagar más si el producto tiene mayor desempeño o tienen beneficios para su bienestar.

“El consumidor mexicano está en constante evolución, hemos visto como ha ido cambiando en los últimos años, se vuelven consumidores más conscientes, sofisticados, más exigentes, en tiempos, calidad de producto, personalización o alternativas que ofrezcan, y las marcas que no se adapten quedarán atrás”, finaliza el especialista.