Petróleos Mexicanos comenzó el 2025 con una deuda de 2.05 billones de pesos, un incremento que, lejos de ser un ajuste menor, refleja un deterioro silencioso que amenaza con estallar antes de que termine el año.

De acuerdo con los estados financieros de la empresa, presentados este 30 de abril, la deuda total creció 3.8% en comparación con el cierre de 2024, cuando se ubicaba en 1.97 billones de pesos. 

La mayor parte de este incremento no provino de grandes obras o inversiones estratégicas, sino de un aumento de la deuda de corto plazo.

Bajo la dirección de Víctor Rodríguez, Pemex siguió por el camino de que «la caja no da» y hay que acudir a más a créditos inmediatos para sobrevivir.

En solo tres meses, la deuda de corto plazo pasó de 425 mil 219 millones a 561 mil 781 millones de pesos, un salto de 32.1%.
En tanto, la deuda de largo plazo cayó apenas un 4%, al pasar de 1.55 billones a 1.49 billones de pesos. 

Para Pemex, el aumento fue porque 89% del financiamiento está denominado en monedas extranjeras, principalmente dólares. Por lo que cada sacudida del tipo de cambio golpea.

Además, la cuenta regresiva se acerca. Hasta diciembre de 2025, Pemex debe pagar 100 mil 221 millones de pesos por vencimientos de deuda. Sin reestructuración ni rescate, la bomba podría estallar.

A esto se suma que Pemex también reportó pérdidas por 43 mil 329 millones de pesos en el primer trimestre del año.

Es un retroceso si se compara con el mismo periodo de 2024, cuando logró una ganancia de 4 mil 683 millones de pesos.

En conferencia de prensa, también este 30 de abril, el jefe de la Unidad de Planeación Económica de la Secretaría de Hacienda, Rodrigo Mariscal Paredes, expuso que Pemex ya recibió el 59% de su línea presupuestaria de apoyo a deuda para este año

“Esto es información pública, se han transferido 80 mil millones de pesos a la empresa”, dijo Mariscal. El total aprobado para 2025 es de 136 mil millones, lo que significa que la mitad del apoyo financiero ya se consumió en solo tres meses.