Mediante una iniciativa de reforma al artículo 15 de la Ley de Desarrollo Rural Sustentable, considera que los bioplaguicidas, a diferencia de los plaguicidas químicos, son agentes de control de plagas obtenidos de microorganismos, plantas y animales, minimizan el impacto ambiental, presentan un riesgo menor para la salud humana, además de degradarse más rápidamente, disminuyendo así la contaminación a largo plazo.

Otra ventaja es que son menos propensos a generar resistencia en las plagas, pueden contribuir al control biológico natural y su compatibilidad con la agricultura orgánica los convierte en una opción valiosa para quienes buscan prácticas agrícolas sostenibles y eficaces.

Además, aumentan el rendimiento de los cultivos, mejoran la fertilidad del suelo y reducen las poblaciones de microorganismos fitopatógenos, lo que ayuda a disminuir los costos asociados con insumos sintéticos.

Refiere que el uso de plaguicidas químicos en el desarrollo agrícola ha sido significativo, principalmente por la presencia de insectos, malas hierbas y otras plagas, que no solo destruyen una gran parte de los cultivos, sino que también compiten con ellos por recursos limitados como espacio, humedad y nutrientes.

Sin embargo, subraya, a pesar de los resultados inicialmente prometedores de plaguicidas químicos, a largo plazo se ha evidenciado una gran discrepancia entre las expectativas y los resultados reales. Su uso excesivo e inapropiado ha provocado graves daños ambientales en las áreas donde se han aplicado, muchos de los cuales son irreversibles o extremadamente difíciles de revertir.

Ante esta problemática, la solución es la transición a la agricultura sustentable que recurre a técnicas que, aunque no son nuevas, han sido poco difundidas y reguladas, como el uso de microorganismos benéficos, destaca.

Explica que estos microorganismos empleados como biofertilizantes y bioplaguicidas desempeñan un papel crucial en la agricultura al reducir los impactos del método convencional de producción garantizando la sostenibilidad a largo plazo de la actividad agrícola.

El empleo de biofertilizantes se considera una de las aportaciones más significativas de la biotecnología y la microbiología a la agricultura moderna. Esta tecnología es clave para asegurar una agricultura sustentable y productiva con bajo impacto ambiental, agrega.

Por lo anterior, señala la iniciativa turnada a la Comisión de Desarrollo y Conservación Rural, Agrícola y Autosuficiencia Alimentaria, resulta fundamental que la Ley de Desarrollo Rural Sustentable promueva de manera activa el uso de biofertilizantes y bioplaguicidas a través de las acciones contempladas en el Programa Especial Concurrente.