El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) advierte que, en 2024, la actividad económica creció impulsada por la demanda interna, con un PIB que aumentó solo un 1.3%, por debajo de las expectativas.
En su estudio semanal advierte que, a pesar de un aumento notable en ingresos tributarios, las finanzas públicas se enfrentan a un déficit del 4.9% del PIB y a un contexto de creciente debilidad en inversión y consumo.
“Las proyecciones de crecimiento a largo plazo son pesimistas, con una tendencia a la baja en los principales indicadores económicos. A medida que 2025 comienza, las perspectivas son complejas, con una economía debilitada y finanzas públicas ajustadas, a pesar del optimismo oficial sobre la estabilidad económica”.
Agrega que en todo el sexenio que terminó, la deuda creció 65.1%. Así que es claro que 2025 inicia con un entorno complejo, débil, actividad económica y finanzas públicas cada vez más ajustadas ante el anuncio de nuevos proyectos que demandan mayores niveles de gasto.
El organismo dependiente del Consejo Coordinador Empresarial apunta que el optimismo oficial, que ha sido una de las principales características, continúa sosteniendo que la actividad económica es sólida y las finanzas públicas estables.
Sin embargo, las cifras confirman un constante debilitamiento de la actividad productiva y un déficit público históricamente elevado, lo que puede inhibir un mejor desempeño en el futuro, sobre todo en un entorno de elevada incertidumbre y cautela de la inversión.