Más de un centenar de muertos dejó la jornada de bombardeos israelíes sobre Gaza y Líbano, mientras en Siria el balance de víctimas mortales tras el ataque a Palmira se elevó a 92, un día después de que la Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y su ex ministro de Defensa, Yoav Gallant, por crímenes de guerra y de lesa humanidad. Sin embargo, los gazatíes tienen pocas esperanzas de que Netanyahu pueda ser arrestado. En este contexto, autoridades sanitarias de la franja advirtieron que los hospitales que todavía permanecen operando en el enclave dejarán de funcionar probablemente dentro de 48 horas, o comenzarán a reducir sus actividades ante la falta de combustible.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) se declaró profundamente preocupada por la situación de 80 pacientes y del personal del hospital Kamal Adwan, uno de los dos únicos que funcionan parcialmente en el norte de la franja, atacado varias veces y que ayer volvió a ser golpeado por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), en un bombardeo que dañó el generador y el depósito de agua, informó el director de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

He perdido a toda mi familia, 10 personas, y soy el único que queda, declaró Belal en una sala del hospital Al Ahli. Las autoridades israelíes afirmaron que habían eliminado a cinco terroristas de Hamas.

El coordinador humanitario de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Gaza, Muhannad Hadi, añadió que la entrega de alimentos, agua, combustible y suministros médicos está paralizada. La población gazatí considera que las órdenes de detención emitidas por la CPI contra dirigentes israelíes son un reconocimiento internacional de la difícil situación del enclave, pero no creen que tengan repercusión.

En tanto, en Líbano una serie de ataques contra Baalbek, en el este, y Nabatiye, en el sur, así como en los suburbios sureños de Beirut, dejaron más de 60 muertos en un solo día y los bombardeos continuaron esta madrugada. Los ataques han dejado en total 44 mil 56 muertos en Gaza, mientras en Beirut el saldo asciende a 3 mil 645.

Según las FDI, estas acciones buscan destruir los sitios de fabricación y almacenamiento de armamento por parte de Hezbollah que fueron colocados por el propio Hezbollah en el corazón de la vida civil, utilizando a ciudadanos libaneses como escudo.

Mientras, en Siria van más de 90 muertos por el ataque de Tel Aviv en la histórica ciudad de Palmira esta semana, evaluado por la ONU como el más letal en muchos años.

Al cierre de esta edición se reportaron al menos tres grandes explosiones en la capital de Líbano luego de un día de bombardeos israelíes contra el sur de la ciudad, informaron periodistas de la agencia Afp.

Más voluntarios asesinados

Por otra parte, las agencias de Naciones Unidas registran este año un récord de muertes entre cooperantes humanitarios en Medio Oriente.

Al menos 280 trabajadores de salud, rescatistas y voluntarios en servicios humanitarios fueron asesinados durante 2024; de ellos, 230 murieron en Líbano, donde las instalaciones médicas y ambulancias fueron blanco de 187 ataques israelíes; 70 por ciento ocurrió en los últimos tres meses, informó Abdinasir Abubakar, representante de la OMS en Beirut.

En contraste, a lo largo de 2023 perdieron la vida 280 cooperantes en 33 países, de acuerdo con datos de la Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios (OCHA),

En Gaza, desde el inicio de la guerra han sido asesinados más de 320 voluntarios humanitarios, la mayoría en la línea de fuego, y la mayor parte eran miembros de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa).

Los cooperantes humanitarios están trabajando valientemente y de manera desinteresada en lugares como Gaza, Sudán, Líbano, Ucrania y otros. Muestran lo mejor que la humanidad tiene para ofrecer, y a cambio están siendo asesinados en números récord, afirmó Jens Laerke, portavoz de la OCHA.

En este escenario, miembros del estado mayor del ejército israelí aseguraron que Hamas todavía está firmemente arraigado como autoridad gobernante en Gaza y expresaron dudas de que pueda ser derrocado, según una publicación del periódico de Israel Yedioth Ahronoth. Los funcionarios habrían asegurado que el control civil del grupo palestino se ha debilitado, pero sigue sin ser cuestionado y que la población del enclave no está dispuesta a volverse contra Hamas.