Si bien se espera que en el Paquete Económico 2025 haya “algunas precisiones a las disposiciones fiscales”, no se contemplará una reforma fiscal sustancial para el próximo año, dijo Rolando Silva, vicepresidente fiscal del Instituto Mexicanos de Contadores Públicos (IMCP).
“Creemos que el éxito de una reforma en el futuro dependerá de encontrar un equilibrio entre incrementar la recaudación, fomentar la formalidad y asegurar que las reformas no perjudiquen a los sectores más vulnerables. Esto sería un paso fundamental hacia un México más justo y una economía más sólida”, aseguró Silva durante la conferencia mensual del IMCP.
El presidente del IMCP, Héctor Amaya Estrella, aseguró que la implementación de una reforma fiscal que aumente la recaudación de impuestos y reduzca la evasión tributaria, junto con la diversificación de los ingresos fiscales, “serán esenciales para reducir la dependencia de ciertos sectores y lograr una mayor estabilidad financiera”.
“Creemos que la diversificación de los ingresos y la optimización de la recaudación serán elementos clave para asegurar el éxito del Paquete Económico 2025 y establecer un camino sólido hacia un futuro económico próspero”, declaró Amaya Estrella.
El presidente del IMCP recordó que uno de los principales retos del Paquete Económico 2025 será la reducción del déficit público, que cerrará 2024 en 5.9% del Producto Interno Bruto (PIB), su nivel más alto en tres décadas.
Señaló que para abordar esta situación, el gobierno de la presidenta Sheinbaum ha planteado una “consolidación fiscal”, que consiste en recortar el gasto público de manera importante y aumentar los ingresos fiscales, para reducir el déficit a un nivel de alrededor de 3.5% del PIB en 2025.
Respecto a la ratificación del Secretario de Hacienda y Crédito Público, Rogelio Ramírez de la O, y del jefe del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Antonio Martínez Dagnino, Amaya Estrella aseguró que es una señal de que en el inicio del nuevo gobierno se “apuesta a la continuidad” además de que es una “manifestación de estabilidad” dentro de las dependencias gubernamentales en materia fiscal.
“No obstante, se plantean interrogantes sobre la capacidad del gobierno para afrontar los retos económicos y fiscales que el país enfrenta. Derivado de ello, será importante monitorear las políticas que se implementen en el futuro y si estas se traducen en mejoras tangibles en la recaudación y distribución de los recursos, así como en la transparencia fiscal”, concluyó Amaya.