El ejército israelí bombardeó este miércoles un suburbio del sur de Beirut, bastión del movimiento proiraní Hezbolá, y también una importante ciudad del sur del país, después de que el primer ministro israelí afirmara que se opone a un alto el fuego «unilateral» en el Líbano. 

Al sur de la capital libanesa, un bombardeo alcanzó al amanecer el barrio chiita de Haret Hreik, minutos después de que el ejército israelí llamara a evacuar la zona. Las fuerzas israelíes afirman que apuntaron contra un depósito de armas de Hezbolá. 

Se trata del primer bombardeo en varios días efectuado en la periferia sur de Beirut, donde el ejército concentró los ataques desde que inició su campaña en Líbano hace casi un mes, antes de bombardear otras zonas del este y del sur del país, principalmente. 

El martes, Estados Unidos, principal aliado de Israel, se dijo «opuesto» a la campaña de bombardeos israelíes en la capital libanesa. 

En Nabatieh, en el sur del Líbano, Israel llevó a cabo once bombardeos en la capital provincial, bastión de los movimientos chiitas Hezbolá y Amal, indicó la gobernadora de la provincia, Howaida Turk. 

Entre las «varias personas» que murieron en los bombardeos, que alcanzaron dos edificios del Ayuntamiento y un centro médico, se encuentra el alcalde de Nabatieh, Ahmad Kahil, dijo la gobernadora, que describió «una masacre». El Ministerio de Salud libanés reportó un balance provisional de al menos seis fallecidos y 43 heridos. Previamente, había dado cuenta de cinco muertos. 

El primer ministro libanés, Najib Mikati, condenó un bombardeo «deliberado» contra el «Consejo Municipal» reunido en Nabatieh. 

La coordinadora especial de la ONU para Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert, también criticó el ataque, al que se refirió como una «violación inaceptable del derecho internacional», y exigió «proteger a los civiles y las infraestructuras».