El Gobierno de Israel, liderado por Benjamín Netanyahu, ha aprobado este lunes una declaración de «situación especial en el frente interno» en el conjunto del país en una jornada marcada por los ataques contra varias zonas de Líbano, incluido Beirut, y ante el temor de una posible respuesta del partido-milicia chií Hezbolá.
La declaración de «situación especial» es un término legal para contextos de emergencia que sirve para brindar a las autoridades de una mayor jurisdicción sobre la población civil. De hecho, los poderes de las autoridades militares se amplían significativamente, llegando incluso a poder prohibir reuniones.
La medida, que ha sido votada por los miembros del Gobierno por vía telefónica, tiene una vigencia de 48 horas, a menos que el gabinete de Netanyahu acuerde una prórroga.
Por el momento, las autoridades castrenses de Israel, en concreto el Comando del Frente Interno, no han anunciado cambio alguno, recoge ‘The Times of Israel’.
Esta declaración se produce en una jornada en que las Fuerzas de Defensa de Israel han bombardeado varias posiciones en el este y el sur de Líbano, así como en la capital, dejando un balance provisional de 274 muertos y más de mil heridos en un bombardeo que, según Israel, busca atacar posiciones de Hezbolá.
Por su parte, la milicia libanesa ha anunciado el lanzamiento de decenas de misiles contra instalaciones militares de Israel. Esta escalada de tensiones se produce una semana después de que la explosión de dispositivos de comunicación –atribuida a Israel– y un ataque israelí sobre Beirut, dejaran casi un centenar de muertos y más de 3 mil heridos.