Por Víctor Barrera 

Claudia Sheinbaum debe tener una estrategia capaz de disminuir la incertidumbre que al inicio de su sexenio se presentara como consecuencia de la reforma constitucional y las modificaciones de ley que el Poder Legislativo está realizando como regalo de fin de sexenio al aun inquilino de Palacio Nacional.  

Ayer explicaba que, al menos, la reforma al Poder Judicial será un elemento de incertidumbre constante a lo largo de los dos primeros años del nuevo sexenio, tiempo en el que se realizará la sustitución de jueces, magistrados y ministros.  

En ese tiempo, se deberán aplicar políticas públicas que atraigan capitales que permitan seguir construyendo la infraestructura necesaria para llevar el desarrollo y crecimiento económico a lo largo y ancho del territorio nacional.  

Esto para cerrar la brecha existente entre el norte y sur del país, porque la riqueza se genera en el norte y la pobreza sigue persistiendo en el sur.  

En cuanto a las modificaciones de ley, la extinción de los organismos autónomos será otro regalo que se le entregara al originario de Macuspana, de tal forma que estos organismos que nos permitieron, por lo menos en esta primera parte del presente siglo, conocer un poco más como se usan los recursos públicos y entender que la opacidad hace mucho daño, porque esto siempre ha sido un caldo de cultivo de la corrupción.  

Ahora, Claudia Sheinbaum, deberá confiar ciegamente en que sus colaboradores y todos los servidores públicos, actuaran con probidad y evitaran caer en la tentación de la corrupción. Porque serán ellos mismos quienes se auto vigilarán para evitar desvíos y mal uso de los recursos públicos.  

Deberán mostrar a todos que su labor esta fuera de cualquier duda por falta de honestidad y que por ello los inversionistas podrán colocar sus capitales en el país, con la confianza de que se respetarán los contratos, no se les pedirá «moche” para obtener una obra pública y sobre todo que todas las obras publicas sean licitadas de manera transparente.  

Por eso es importante que la presidenta electa empiece a mandar señales que permitan mejorar las condiciones de inversión,  

También para que los analistas y calificadoras internacionales descarten una recesión económica para los próximos dos años y motiven a los inversionistas a ver a México como un país de oportunidad.  

El objetivo debe ser claro, México no debe seguir perdiendo la oportunidad  geográfica que nos ofrece estar al lado de la economía número uno del mundo, de  ser un país con muchos tratados alianzas y asociaciones comerciales suscritas, pero lo más importante es que no se debe olvidar que  México requiere producir con mayor calidad sus productos a través de una mayor profesionalización y capacitación de sus pobladores, que dejen de ser solamente la mano de obra barata sino que inyecten más valor a los productos nacionales.  

Claudia Sheinbaum debe ser pragmática e ir más allá de la ideología de un proyecto, para trabajar para todos los mexicanos, trabajar en la reconciliación social y evitar descalificar cada mañana a quienes no piensan igual que ella. Sino todo lo contrario escucharlos y tratar de hacer coincidir loas pensamientos y planes para elevar la productividad y el crecimiento económico del país.  

Es decir, Sheinbaum Pardo debe imponer su estrategia y no solo ser la continuidad de otra.