Por Víctor Barrera
Sin duda que Morena, sus aliados políticos y el gobierno federal están dando muestras de cómo será el futuro cercano de aprobarse la reforma al Poder Judicial, no solo para los mexicanos, sino para quienes tiene sus capitales invertidos en México o pensaban colocarlos aquí, aprovechan do la oportunidad que ofrecía el nearshoring, o relocalización,
La prisa con la cual Morena y aliados políticos pretenden aprobar la reforma al Poder Judicial no tiene una explicación lógica más allá de ser el obsequio de despedida de su sexenio para el tabasqueño.
Y es que durante el debate para aprobar en comisiones unidas esta iniciativa de reforma constitucional, los argumentos esgrimidos por Morena y aliados solo se circunscribió a que es mandato del pueblo.
Sin tomar en cuenta que la gran mayoría de ese pueblo desconoce no solo la iniciativa, sino el dictamen que abran de aprobar este miércoles los 85 senadores que están con el gobierno federal. Tampoco conocen cual son las funciones de un juez, magistrado o ministro y solamente se dejan llevar por las declaraciones del aun inquilino de Palacio Nacional, al calificarlos de corruptos.
También esos legisladores de Morena y aliados presumen de su mayoría y argumentan que podrían ellos solos aprobar el dictamen, disminuyendo aritméticamente a 85 los votos que se necesitan para hacerlo.
Y si no fuera así, el gobierno federal hace uso de su brazo operativo, aun cuando este debe ser autónomo, de la Fiscalías, General y estatales para sacar expedientes de senadores de la oposición para presionarlos que voten a favor a cambio, quizás, de desaparecer esos expedientes, utilizando con ello la ley para ser el instrumento de tortura para la oposición.
Si esto lo hacen sin tener aprobada la reforma al Poder Judicial, cuál será la forma de utilizar la ley cuando este dominada por militantes y simpatizantes de Morena.
Es por ello, que solo nos queda esperar que, de los 43 senadores de oposición, ninguno doble las manos, ante las presiones ya declaradas por legisladores del PAN, y se pase del lado de Morena para aprobar una reforma que puede hacer masa daño a la población que encontrar beneficios.
De mantenerse firmes estos 43 senadores de oposición, el golpe hacia el líder del movimiento Morena será tan fuerte que se iría a su hacienda de Palenque con la peor derrota.
En lo referente a las modificaciones de ley, administrativas, sobre los organismos autónomos, es probable que es si pasen tal cual, lo que también se manifestaría como un punto de alerta para poder atraer más inversión extranjera.
Lo increíble es que la presidenta electa, no se reúna con sus legisladores para analizar el futuro cercano de su administración que enfrentara retos como son el pago de la deuda mexicana, esto reduciendo el déficit fiscal del 6 por ciento que dejara el tabasqueño, tendrá que reducir el presupuesto de los sectores productivos para hacer frente al pago de los programas sociales que deja el de Macuspana, más lo que ella prometió y por supuesto seguirá existiendo una división social que en nada favorece a los mexicanos.
Todo esto se convierte en incertidumbre para los inversionistas quienes pensaran dos vences colocar sus capitales en un país con posibles controversias comerciales, derivados de sus socios del T-MEC pondría en riesgo a los capitales
La respuesta esta entonces en manos de la presidenta electa, quien podría parar esa aprobación de reforma constitucional, para sentarse con los inversionistas y sector empresarial del país, para juntos construir una política a favor de mayor desarrollo, productividad, más empleos y mejores salarios
La duda es si Claudia Sheinbaum podrá revertir esta incertidumbre o iniciará su gestión con el pie izquierdo.