Por Víctor Barrera  

La situación actual que viven miles de familias en México demuestra que este sexenio ha sido el peor en los últimos años y que lamentablemente tardaremos algunos años para poder pagar todo esto que motivo una mala administración federal.  

Hemos tocado recientemente todos los retos que deberá enfrentar la próxima administración que será encabezada por Claudia Sheinbaum, quien deberá apresurarse a desligarse de su antecesor, para evitar que siga permeando las forma de hacer las cosas, donde la opacidad fue la principal herramienta que ha llevado al país al borde de una crisis económica-financiera.  

De no hacerlo, las nuevas generaciones de mexicanos verán como el país cae siempre en los mismos errores, Y que el pueblo sabio puede ser engañado como un niño a través de promesas, nunca cumplidas, pero con la esperanza de que algún día podrían cambiar las cosas.  

Porque a pesar de que hemos visto la destrucción de sistemas como el educativo y el de salud, los mexicanos siguen con la esperanza de alcanzar un sistema de salud que cubra todas sus necesidades. De tener un sistema educativo enfocado ha aportar las herramientas suficientes para crear la movilidad social a través de competencia laboral basado en profesionalismo y capacitación.  

Se mantiene la esperanza de contar con funcionarios públicos dedicados exclusivamente a trabajar por el bien de los mexicanos y no solo por el bien de una sola persona o un grupo político.  

A confiar en los legisladores, que asumirán su rol de representantes populares y establecerán no solo presupuestos encaminados a la creación de riqueza, sino a que estos presupuestos estén aplicados específicamente en las zonas y áreas necesarias sin distraer recursos en obras sin sentido o costosas.  

Sin embargo, la realidad no coloca en una situación que deberá poner a pensar a la nueva administración si es necesario mantener una continuidad o dar un giro para alcanzar en el corto tiempo una estabilidad económica.