Por Víctor Barrera

Sin duda la política mexicana tiene algo característico, que es  dar un giro total a su forma de aplicarse que terminar en el  mismo sitio pero mas reforzada.

Esto esta ocurriendo con el regreso del partido único, y no es el PRI, que se sostuvo por  siete décadas al frente del poder en el país,  sino ahora es Morena, que busca  permanecer no solo ese tiempo, sino un largo tiempo a través de de  las familias de neo caciques que están resurgiendo de este movimiento.

Disciplina,  es la palabra con la cual se pueden  contener a aquellos que osan  hablar sobre la democracia y la necesidad de cambiar cuadros y establecer un crecimiento meritorio, por esfuerzo y lucha de cada uno de los militantes y no por pertenecer a las familias y grupos que ahora ostentan el poder.

En muchos estados, las inconformidades se presentaron a  lo largo de las pre-campañas, campañas y ahora con el triunfo en los comicios más grandes que ha vivido el país.

Pero estas han sido sofocadas por la palabra disciplina por que las decisiones proviene de una sola persona y estas se comunican de manera piramidal  de tal forma que  los beneficiados solamente son  los que se encuentran en los estadios cercanos al “jefe máximo”.

Y es que desde su aparición, Morena  simplemente ha manifestado que quienes quieren participar, en este proyecto de transformación, deberán permanecer callados y ser obedientes ante los designios del  “jefe”.

Es más, la misma  persona que ahora representará todo el poder en el país, aun se encuentra bajo el dominio de este “jefe” quien siempre estará a su lado para tomar las decisiones más importantes para el Movimiento y su proyecto de transformación.

Porque él es el Movimiento y él es quien decide. Esto ya lo había mencionado desde hace varios años atrás y así lo ha demostrado haciendo aun lado a quienes osan sentirse  superiores o  siquiera igual a él. Y así lo saben quienes alguna vez han caminado a su lado, pensando que serán parte del poder y simplemente los hace a un lado.

Así pues, más de 30 millones de mexicanos eligieron el camino al regreso del partido único, aun cuando sea este de otro color, pero la forma de moverse y decidir son las mismas.

Y de estos 30 millones solo una muy minina parte serán  quienes podrán disfrutar del poder, pero no podrán asumirlo.

Porque quien quiera arrebatarlo perderá  su lugar y no alcanzará en el resto de su vida lo poco de poder que el gran caudillo pueda ofrecerle, regresamos a la s frase “Es un error vivir fuera del presupuesto” y “Quien se mueve no sale en la fotografía”.

Esto mismo empieza a ocurrir dentro de los partidos de oposición, que  han aprendido que el poder se consigue con la fuerza de muchos pero no se comparte. Y por ello han  modificado sus estatutos para permitir la reelección  directa o que el líder pueda poner a sus cercanos incondicionales para que juntos sigan disfrutando del poder.

México si requiere una reforma en  cuanto a la política nacional, pero ningún partido o sus lideres si darán “un balazo en el pie” para  hacer realidad esa reforma.

México dio un cambio en su política, pero este fue de 360 grados es decir, volvimos caer en el mismo sitio.