Por Víctor Barrera

México  se encuentra  entre dos voces, algo que pone en dilema a quienes buscan invertir sus capitales en el país y también pone nerviosos a los mercados financieros internos.

Dos voces que hoy se reunirán para iniciar el trabajo para ceder el principal cargo de  elección popular  en la nación.

Es el momento de aterrizar las cosas y establecer  quien de los dos  tendrá la voz principal, para enviar mensajes adecuados a inversionistas y mercados, con el objetivo de  que la transición sexenal no termine con un sobre salto de esos que vivimos durante muchos años en el singlo pasado.

Ambas personas deberán tomar en cuenta, que el nerviosismo de los actores  capitales, se basa no en el triunfo de Claudia Sheinbaum, sino en la aplastante representación que tendrá el partido oficial y sus  aliados en el Congreso de la Unión y en varios Congresos locales,  lugar donde se crean y modifican las leyes.

Pero aun más, porque estos representantes, en lo federal, tendrán todo un mes para, de así decidirlo, aprobar de manera rápida las reformas constitucionales propuestas por el aun inquilino de Palacio Nacional, de acuerdo a declaraciones de Ignacio Mier, que son consideradas regresivas.

Estas reformas que están encaminadas a modificar la operatividad del Poder Judicial y el debilitamiento y posible desaparición de muchos órganos autónomos, creados en los años anteriores y administrados por cuidadnos,  que se han convertido en contrapeso para evitar una mayor opacidad en el uso y manejo de los recursos públicos, como con el INAI, el IFT y la Cofece, además las reformas a las leyes electorales que modificarían  también la operatividad del INE.

Y es que mientras Claudia Sheinbaum ha tratado de establecer una comunicación de dialogo y entendimiento sobre  la situación del país, como fue el caso de decidir la continuidad de Rogelio Ramírez de la en la SHCP, y nombrar a José Ramón   de la  Fuente  como el equipo de transición, persona mesurada.

Además ha manifestado que  la reforma judicial no corre prisa y que esta deberá ser consensuada.

En Palacio Nacional, se establece la posibilidad de que el inquilino, salgas de este, pero no así de la política, esto, porque muchos de los nuevos representantes populares, le deben el cargo al tabasqueño y  seguirán  refiriéndose a este como el verdadero  “jefe” en el proceso de transformación de México.

Así, el tabasqueño aun tiene más de cien días, para que a través de su tribuna de cada mañana, siga dando órdenes y que estas sean para el futuro cercano y no el presente.

Esto ha dejado cambios importantes en  términos financieros y económicos, como son un peso nuevamente encima de los 18 pesos, una inflación que se mantiene en niveles de 4.69 por ciento y la posibilidad de que el Consejo de Administración del Banco de México, decida mantener altos los niveles de sus tasas de interés.

A esto se suma que el desempleo sigue  en incremento derivado a que  no se ha logrado crear mayores fuentes de empelo y tampoco se ha logrado recuperar cerca de 385 mil empleos perdido a lo largo de este sexenio.

Así que después de la reunión de Sheinbaum en Palacio Nacional, sabremos que voz es la que se debe escuchar y que esta debe ser de la presidenta electa, porque es ella la que llevará el rumbo país en los próximos seis años y nadie más, bueno al menos eso se piensa.

Esperemos que el tabasqueño comprenda esto y evite seguir haciendo comentarios que ponen nerviosos a los mercados  financieros e inversionistas, por el bien de todos.