El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, regresará este sábado a la Casa Blanca «para consultar con su equipo de seguridad nacional sobre los acontecimientos en el Medio Oriente», en medio de una mayor tensión entre Israel e Irán.
El presidente de Estados Unidos tenía previsto pasar este fin de semana en Delaware, en su residencia de la playa, pero interrumpió su viaje de fin de semana para hacer consultas urgentes.
La decisión se tomó después de que Irán confiscara un barco de propiedad británica, ligado a Israel, que había incautado cerca del Estrecho de Ormuz, y ante los temores sobre un ataque iraní contra Israel en represalia por la operación que lanzó Israel contra el Consulado iraní en Siria, el 1 de abril, en la que murieron siete Guardianes de la Revolución.
La Casa Blanca pidió a Irán entregar el barco. «Pedimos a Irán que libere inmediatamente el barco y su tripulación internacional», dijo la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Adrienne Watson.
«La captura de un buque civil sin provocación previa es una flagrante violación del derecho internacional y un acto de piratería por parte del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica», agregó.
Biden había afirmado el viernes que esperaba que Irán tomara represalias «más pronto que tarde» y a principios de esta semana sostuvo que Teherán estaba «amenazando con lanzar un ataque significativo».
El jueves, el Pentágono señaló que el máximo comandante estadounidense para Medio Oriente había viajado a Israel para conversar sobre amenazas a la seguridad con oficiales militares del país. Agencias
Biden dijo ayer que un ataque iraní contra Israel podría ocurrir «más temprano que tarde» y cuando la prensa le preguntó si tenía un mensaje para Irán, Biden dijo: «No lo hagas».