Por Víctor Barrera

A medida que se acerca el 2 de junio, el miedo de López Obrador y morenistas se incrementan ante la falta de argumentos para ofrecer una continuidad de un régimen que  vendió un verdadero cambio y solo ha  dado resultados negativos que afectan  directamente a la gente.

La principal promesa que ofreció López Obrador fue acabar con la corrupción, que lo haría como se barren las escaleras, de arriba hacia abajo y con ello, atacaría de raíz este problema que los “neo liberales” habían implementado durante ya varias décadas.

El resultado es que esta corrupción sigue  enquistada en el gobierno y que esa corrupción es más voraz, pero  se limita a un pequeño grupo que son, los hijos del presidente, primos, tías,  hermanos y  parientes de primer y  segundo grado, para luego  mantener el nepotismo  en el gobierno, donde los hijos de  funcionarios y parientes cercanos ocupan una plaza, aun cuando no tengan el merito académico o experiencia para desempeñar ese cargo, porque para López Obrador  es mejor el 90 por ciento de lealtad y 10  por ciento de conocimiento.

Esto ha  dado como resultado, que muchos de los recursos públicos caigan en las cuentas bancarias de estos “funcionarios leales”.

Se hablo de regresar a los militares a sus cuarteles y ahora no solo están fuera de ellos, sino que se dedican a construir obra publica y administrar  algunos espacios como son las aduanas, algunos aeropuertos y trenes, que podría ser una medida adecuada para erradicar la corrupción, pero cuando  todos los recursos que se obtengan de ese trabajo de administración, será entregado a las  fuerzas armadas resulta que esto no ofrece beneficio para la población, que con sus impuestos aporta el recurso para esas construcciones, es decir quita recursos públicos para donárselos en las pensiones de los militares.

Se dijo que tener una Guardia Nacional, militarizara, ayudaría a combatir al crimen organizado,  resulta que esta guardia Nacional  carece de recursos pero lo mas importante  de leyes que  apoyen su labor para  combatir al crimen organizado, algo que debería ser solucionado en el poder Legislativo, pero  esto no sucede porque los legisladores están más preocupados en quedar bien con su jefe que con el pueblo sabio.

Se hablo de  acabar con los latos índices de violencia  y homicidios y estos se han incrementado, con la aplicación de una política pública absurda, que ha permitido a las grupos delincuenciales  capturar cerca de una tercera parte del territorio nacional, donde imponen su ley, mientras que las autoridades no hacen nada para combatirla

Se dijo que se respetaría la democracia porque este gobierno  lucho durante varios años para hacerla valida, y ahora se pretende eliminar al INE, como organismo autónomo, para que regrese a la Secretaria de Gobernación, como un apéndice del gobierno. Es decir, se quiere regresar a los tiempos de Manuel Bartlet , donde  se podía manipular los resultados electorales, por cierto este personaje, ahora es el flamante director general de la CFE, antes era odiado por toda la izquierda, ahora es el mejor director de la CFE.

Se dijo que se respetaría la ley, ahora  se quiere ningunear a la ley, debilitando al Poder Judicial, además de cada mañana  tratar de desprestigiar el actuar de este poder,  inculpando a los jueces  por sus decisiones, cuando el origen de estas es la mala actuación del  Fiscalía General  de la Republica, de los cuerpos policíacos  y la falta del respeto a los derechos humanos.

Se prometió tanto  que se creo un berenjenal que ha permitido  seguir confundiendo a la gente y mentirle  para sacar provecho político.

México  esta a unos mese de vota por el camino de quedará tomar en los próximos seis años, y los ciudadanos tiene la responsabilidad de emitir su voto, un derecho que aun conservamos y que sigue siendo una herramienta valiosa para castigar a eso malos políticos. La decisión debe ser individual, pero analizada, por lo que  les invito a  no dejar de aprovechar esa gran oportunidad, que mantenemos, para  protegerla y manifestar que el poder del ciudadano esta por encima de los intereses mezquinos de políticos y falsos  profetas.