Por Victor Barrera

Quien dice ser el segundo presidente más popular del mundo,  vio ayer como esa popularidad va cayendo arrastrado por un tsunami ciudadano,, la marea u ola rosa, que muestra su hartazgo ante la incapacidad de este personaje de resolver  los problemas que perduran y se extiende aun más en el país.

Aquel que aseguraba que gobernar un país no necesitaba gran ciencia y que manifestaba que tenía la solución a todos los problemas, solo se convirtió en  la parte fundamental del crecimiento de esos problemas.

La gente salió defender la democracia, que el voto del ciudadano verdaderamente tenga el valor y peso suficiente para ser aceptado por los partidos políticos, también marcho para que  la ciudadanía cuente con la seguridad de salir a votar el próximo 2 de junio. No mostró simpatía por alguna de las candidatas o candidato a la presidencia de México. Solo mostró  su necesidad de  que se cumpla con la aceptación de los resultados, que no se utilicen viejos vicios para ganar los comicios.

Porque la gente que salio a marchar son los “aspiracionistas” que demanda un mejor empleo, con mejores salarios. Además buscan mayor seguridad pública, atención medica integral y educación e calidad para sus hijos.

También salieron los profesores que no solo buscan mejores condiciones de trabajo, sino el material suficiente para impartir  sus enseñanzas, los médicos que  buscan ser reconocidos laboralmente en su país, y que las clínicas donde ofrezcan sus servicios cuenten con los medicamentos sufrientes para sus pacientes.

Salieron los científicos e investigadores para exigir mayores recursos para seguir desarrollando sus actividades y empujar el desarrollo del país. Los jóvenes que están  listos para incrustarse al sector laboral y que no encuentran espacios adecuados a sus carreras que estudiaron.

Las amas de casa estuvieran presentes para exigir  también seguridad  para ellas y sus hijos e hijas,  para que sean apoyadas  las madres trabajadoras y se amplíen los lugares donde dejar  a sus hijos, que reciban cuidados, educación y sobretodo  protección.

Las madres buscadoras que piden se localicen a sus hijos desparecidos y no se borren sus nombres  de las listas de gobierno.

Las mujeres que son transgredidos sus derechos y siguen ganado menos que un hombre, y también para que allá mas oportunidades de trabajo.

En fin la ciudadanía que quiere el verdadero cambio, que no quiere división de la sociedad  sino armonía, para que juntos  salgamos todos adelante.

Todo esto,  provoco un gran miedo al inquilino de Palacio Nacional, que desde un día anterior lo amurallo,  pensando que con ello opacaría las voces de la gente,  pidió no  izar la bandera, porque sigue pensando que todos esos mexicanos no merecen rendir honores al símbolo patrio

Por ello ordeno a su candidata acudir  casi a la misma hora de la marcha al INE, para inscribirse como candidata, para quitar todos los reflectores a la ola rosa.

El inquilino de Palacio Nacional tiene miedo porque sabe que perderá los comicios y se vendrá una avalancha de justicia que podría complicarle su vida, a sus hijos y a sus amigos quienes amparados  por Morena y el “poder” del tabasqueño, han cometidos errores garrafales haciendo a los  pobres mas pobres.

 Con sus presupuestos aprobados durante cinco años  eliminando cualquier apoyo  a los grupos vulnerables, mas allá de los “programas  sociales, a cambio de que ellos se hirvieran millonarios.”, que han sido utilizados como herramienta política de presión a quienes lo reciben. Pero no saben que también muchos de ellos marcharon para pedir su libertad de esta presión, y no cambiar migajas en pesos que reciben por millones de pesos que se embolsan los ahora millonarios.