Militares y policías de Ecuador han detenido a 7 mil 925 personas, 241 de ellas acusadas de presunto terrorismo, en operaciones conjuntas desde el pasado 9 de enero, cuando el Gobierno declaró el estado de excepción por “conflicto armado interno” para frenar la ola de violencia atribuida a la delincuencia organizada en el país.
Así lo precisó este miércoles el llamado Eje de Seguridad, integrado por mandos militares, policiales y del Gobierno, en el informe diario sobre las operaciones ejecutadas en cárceles y calles en el marco del estado de excepción.
Hasta ahora las fuerzas de seguridad han ejecutado 96 mil 376 operaciones conjuntas (más de 2.600 cada día), 148 de ellas contra bandas criminales denominadas ahora por las autoridades como grupos terroristas.
Además, se han incautado 2,380 armas de fuego, 12,071 explosivos, 166.545 balas, 1.235 cargadores de balas y 3.362 armas blancas.
Durante el estado de excepción las fuerzas del orden han abatido a 8 personas a las que han identificado como terroristas; han fallecido dos miembros de la Policía y no se han registrado bajas en las filas castrenses.
Los agentes también han recuperado 979 vehículos, 908 motocicletas y 28 embarcaciones; además de 193.927,14 dólares y 37.360 galones de combustible (unos 141.415 litros).
En la estadística se mantiene la cifra de 34 reos recapturados, de los casi 90 que se fugaron de las cárceles donde, a comienzos de año, ocurrieron varios motines de reclusos con 200 rehenes entre guardias y policías que lograron ser liberados.
Tras declarar el “conflicto armado interno”, el Gobierno del presidente Daniel Noboa identificó a al menos 22 grupos del crimen organizado transnacional y los ubicó “como organizaciones terroristas” y “actores no estatales beligerantes”.
Al señalar a esos grupos como beligerantes, el mandatario abrió una puerta legal para que las Fuerzas Armadas junto con la Policía actúen con todos sus recursos para neutralizarlos.
La espiral de violencia en Ecuador se desató cuando aparentemente el presidente de Ecuador se disponía a poner en marcha su Plan Fénix contra el crimen.
En principio, esa estrategia buscaba recuperar el control de las prisiones, muchas de ellas dominadas internamente por grupos de delincuentes, cuyas rivalidades dejaron más de 450 presos asesinados desde 2020 en una serie de masacres carcelarias.
Sin embargo, la violencia carcelaria saltó a las calles hasta convertir a Ecuador en uno de los países más violentos, con 45 homicidios intencionales por cada 100 mil habitantes en 2023.