Por Victor Barrera
A medida que se acerca el termino del sexenio, el inquilino de Palacio Nacional parece no inmutarse sobre el incumplimiento de muchas de las promesas que ofreció y que sería el cambio tan ansiado por los mexicanos, donde la corrupción y la impunidad estén fuera de cualquier activad del país.
Esto no sucederá porque esta administración federal no solo no cumplió en esa promesa sino su actuar rebasó con mucho lo que veníamos viviendo en los viejos regímenes liberales, casos como la casa de Houston uno de su hijos, las estructuras empresariales creadas por su otros dos hijos para ser beneficiados por contratos multimillonarios del gobierno, segalmex, la falta de salud financiera de Pemex y de CFE, que a pesar de inyectarles grandes cantidades de recursos públicos, sus finanzas siguen siendo frágiles.
De tal manera que el manejo de los recursos públicos se hizo más opacos y cuando sale a la luz estos problemas, el discurso se resume a señalar que “no son iguales que los anteriores”, y es cierto, porque son peor.
Es en este punto donde la gente deberá analizar si debe cambiar, esos “apoyos sociales” que al final del año no rebasan siquiera los 70 mil pesos, a cambio de cerrar los ojos y solo escuchar que los hijos de Andrés Manuel López Obrador, hacen contratos millonarios y que saldrán al final de sexenio, de su padre, como millonarios, cuando hasta antes solo vivían con lo mínimo.
Si esto no les cambia la opinión de la continuidad, significa que a muchos mexicanos les gusta ser defraudados a cambio de recibir una dadiva de 700 pesos semanales, ni siquiera el salario mínimo.
Otra promesa incumplida es el mejoramiento de la calidad de vida de los mexicanos, porque no hay suficientes empleos, bien pagados, para absorber a los jóvenes que cada año egresan de las universidades, y esto ha hecho que se incremente el comercio informal, algo que hace mucho daño a las finanzas publicas y a los servicios que ofrecen los gobiernos.
Así los mexicanos recienten aun la falta de un sistema de salud, que les proporcione los medicamentos básicos, pero en cambio tendrá una mega farmacia que duplicar el costo de los medicamentos para hacerlos llegar a quien los necesite.
La frase de primero los pobres, en verdad que se convirtió en “primero los López” como lo señala Xóchitl Gálvez en sus discursos. Porque nadie que este en la pobreza extrema ha logrado salir de ahí, y mucha gente de la llamada clase media esta en la línea delgada de caer en la pobreza, sea por falta de empleo e ingresos o porque su alimentación es deficitaria, poque no tiene casa propia o porque su educación es incompleta por la falta de recursos para comprar los útiles escolares más básicos para terminar su ciclo escolar. Esto último se presenta en aquellas comunidades que por siglos han sido olvidadas y solo se recorren en tiempos de campañas políticas para buscar el voto, pero jamás se regresa el voto obtenido en beneficio de esas comunidades.
Claro esta que no esperamos una escena como la realizada por José López Portillo que soltando una lagrima pidió perdón a los mexicanos por no cumplir con lo prometido.
Los mexicanos esperamos una disculpa del inquilino de Palacio Nacional, por ofender, a los mexicanos cada día de su gobierno, porque no erradicó la corrupción, porque su familia se hizo millonaria, habiendo más de 30 millones de personas en la pobreza y 7 millones en pobreza extrema.
Pero como esto no ocurrirá, entonces el ciudadano deberá analizar si quiere votar por la continuidad, que significa mas corrupción, nepotismo y todo lo malo, o se arriesga a otro cambio donde las cosas pueden cambiar o no, pero mantiene el valor de su voto para realizar otro cambio, hasta encontrar a la persona honesta y capaz de colocar al país en el lugar mundial que le corresponde