Por Víctor Barrera

Andrés Manuel  López Obrador busca no dejar ninguna obra pendiente en su administración,  y ahora  ha manifestado que quiere dejar listo, otro capricho que serán los  trenes de pasajeros utilizando las  vías por donde transitan los trenes de carga de Ferromex; Ferrosur, de Grupo México, Ferrovalle y Canadian Pacific Kansas City.

Para ello ya preparo un decreto que publicará el próximo 20 de noviembre, día emblemático para México, para poder utilizar estas vías, que  tiene una extensión de 20 mil kilómetros,  los trenes de pasajeros.

Asegura que esto no significa una expropiación, porque quienes ahora ostentan las concesiones, que  son de 20 y 50 años, contando a partir de 1998, tendrán preferencia para presentar un proyecto que incluya la modernización y electrificación de estas vías y por supuesto de los ferrocarriles y sus carros.

Probablemente López Obrador, estará pensando que aun vivimos en la época de las cavernas o de la edad media y que no existen otros medios de transportes que cubren precisamente los lugares donde pasaran estos trenes.

Y por ello piensa que esta gran “idea” atraerá a muchos inversionistas, lo que no sabe es que  el modernizar las vías, que  de entrada son de una sola vía significa poner otra línea paralela, además electrificar los trenes, es inviable mientras no exista la capacidad de la CFE de producir la energía necesaria para ello.

Otro pero, es que un tren de pasajeros ya no es rentable en largas distancias, porque el costo, siendo eléctrico aumentaría  mucho más que viajar en autobús y el tiempo será mucho mayor que el viajar por avión.

Si se realiza la obra, los trenes tendrán que ser subsidiados, Acosta precisamente del erario público, del dinero de todos, y que pagaremos aun cuando no utilicemos el transporte, si así lo hacemos el gasto será el doble para los mexicanos.

Sin duda este “capricho” costará a los mexicanos una buena cantidad de dinero porque el empresario busca que sus inversiones reditúen lo más pronto posible, y esto no podría ser, porque, repito, hay otros  medios de transportes que  competirán con el tren de pasajeros.

Esto nos lleva a pensar que este capricho, de Andrés Manuel se realizara con recursos públicos, que iniciara en su primera etapa y después se lo dejara como herencia a la próxima administración.

Respecto a los concesionarios de las vías de tren, esperaran  a que se publique el decreto, para luego ofrecer una  opinión certera de lo que podrían  hacer,  porque esto significaría  que para el traslado de la mercancía en los viejos trenes de carga, el horario seria menor y quizás  solamente por la madrigada, lo que significaría una gran perdida económica y comercial para los empresarios.

Faltan 297 días para que deje el cargo López Obrador, ojala y en estos días no tenga más  ideas “brillantes” que solo significan  recordar las viejas frases  de los políticos de los 70 y 80, “haz obra y te sobra”.