Por Víctor Barrera
El pasado lunes se dio, de manera oficial, el inicio de la etapa de las campañas políticas en el país, que concluirá el próximo mes de junio del 2024, con la celebración de los comicios más importantes que significa la elección de quien tomará las riendas para administrar el país en el siguiente sexenio.
Algo es seguro, que será una mujer quien tenga este enorme honor, es decir Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez, pero que deberán mostrar en los próximos años, sus cualidades y aptitudes, además de probidad para que los mexicanos salgamos a votar por ella.
La primera estará bajo el manto del llamado proyecto de la 4T, es decir no podrá aportar más propuestas, porque será difícil romper con quien la puso en esa posibilidad, esto es, que su propuesta es la continuidad, algo que simplemente se resume a mayor austeridad, debido a la situación financiera que dejará la presente administración.
La segunda candidata, tendrá en sus manos la posibilidad de ofrecer un verdadero cambio en el rumbo del país, sin embargo esto también estará acotado a la situación financiera del país.
Xóchitl Gálvez, no solo tendrá que ceñirse a esto, sino también deberá, desde el inicio de su campaña, si es su intención marcar una diferencia y manifestar cual será proyecto de nación a presentar, para encontrar las soluciones que en verdad vayan menguando las problemáticas existentes en México.
Este se traduce en que el proyecto de nación deberá ser diseñado más en función del pensamiento de Gálvez Ruiz y no a los intereses de los partidos políticos que conforman el Frente Amplio por México.
Millones de mexicanos están dispuestos a votar por Xóchitl Gálvez, pero no por el PRI, PAN o PRD, esto significa un reto importante para la hidalguense, quien deberá sentarse con la gente de los partidos políticos y establecer con toda claridad, sus objetivos, en caso de ganar la presidencia.
Establecer una sana distancia entre los políticos que podrían empañar su campaña para evitar una mayor injerencia de ellos en la creación del proyecto de nación a presentar a los mexicanos.
También deberá acordar quien “calificará” a los candidatos a puestos de elección popular que la acompañarán en la campaña, desde aspirantes al senado, diputaciones, federales, locales, gubernaturas, alcaldías e integrantes de los cabildos municipales.
En los comicios del 2024, no solo estará en juego la presidencia de la republica, si no miles de puestos de elección popular, pero principalmente el futro en el corto plazo del país.
Otro reto que tendrá que sortear Xóchitl Gálvez será buscar la integración de Movimiento Ciudadano que coordina Dante Delgado, para en caso de ganar los comicios, no exista ninguna duda de la decisión democrática de la ciudadanía para cortar de tajo el llamado proyecto de la 4T.
Este último reto quizás sea el más difícil de lograr, porque hasta ahora Dante Delgado a demostrado que su objetivo no es el bien de México, sino mantener su franquicia con el porcentaje de votos para seguir recibiendo recursos públicos, como prerrogativas. Por tanto la negociación será en los beneficios que reciba por parte del Frente Amplio o mantener lo que recibe al seguir el juego de una oposición, que finalmente significa una división de la oposición a favor del partido en el poder.
Aun falta algunos meses para los comicios, pero en este tiempo, la responsabilidad de los mexicanos será analizar de manera profunda que México quiere para los próximos años, pero más específicamente como quiere vivir en el corto, mediano y largo plazo.
Pero para Xóchitl Gálvez, el tiempo cada vez es más corto.