Por Víctor Barrera
Se dice que cuando las cosas se hacen sin analizar un poco, en términos coloquiales con las patas, las consecuencias son negativas. Y esto esta ocurriendo precisamente ante la decisión- ocurrencia de disminuir los vuelos de 52 a 43 por hora en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), medida que entrará en vigor el 29 de octubre próximo.
Esta medida, ha encendido el enfado tanto de la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero) la empresa Aeroméxico la Asociación de Aerolíneas Internacionales (IATA), ASPA y otras organizaciones quienes argumentan que esto fue una decisión unilateral y no se les consulto, como argumenta el gobierno federal.
El daño que puede causar esta “ocurrencia” será la cancelación de vuelos, que significaran 11 mil vuelos a la semana, calculo que hace la Canaero, hasta la afectación no solo de usuarios que tendrán que pagar las consecuencias de la decisión, sino también el posible despido de personal como apunta Aeroméxico.
A esto se deberá agregar que posiblemente además de empleos, se perderán conexiones como lo apunta la Asociación sindical de Pilotos Aéreos (ASPA) esto significara menor llegada de turistas al país y por supuesto una disminución de divisas y venta del comercio en México.
Se podría pensar que esta medida es tomada para llevar a cabo las adecuaciones, reparaciones y remodelación del AICM, sin embargo, también deberemos recordar que el gobierno federal tomo la decisión de ocupar los recursos recaudados por la Tarifa Única Aeroportuaria (TUA), cera de 400 millones de dólares anuales, que se utilizaba como fondo para realizar esas acciones, ahora se utilizaran para pagar la cancelación del aeropuerto de Texcoco, por ello será imposible que sea auto sustentable el aeropuerto, y posiblemente veremos como se ira cayendo poco a poco hasta quedar en ruinas, de no haber aportación federal para evitarlo.
Podría pensarse que es una medida, para obligar a las aerolíneas a ocupar el AIFA, pero este aeropuerto sigue sin contar infraestructura de conexión, por lo que será difícil que las aerolíneas ocupen slots en ese aeropuerto, sumado también a los problemas de orientación y tamaño del aeropuerto.
Otro problema que podría acarrear esta “ocurrencia” es posiblemente que tarde un poco más la tan anhelada categoría 1, que también significan mayores recursos económicos.
En fin, mientras se busca obtener la continuidad del proyecto denominado 4T, porque sigue en eso; el gobierno federal sigue empeñado en actuar con “ocurrencias” que lastiman la economía nacional, el empleo de los mexicanos y la llegada de divisas a través del turismo.