Islandia cerró este martes su embajada en Moscú, convirtiéndose en el primer país europeo en tomar una decisión de este tipo desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania.

La ministra de islandesa de Relaciones Exteriores, Thórdís Gylfadóttir anunció en junio la decisión de cerrar la embajada afirmando que “la situación actual simplemente no permite que la pequeña representación diplomática” opere en Rusia.

Islandia precisó que no se trata de una ruptura de los vínculos diplomáticos.

Al día siguiente del anuncio en junio, Moscú criticó una “acción antirrusa” y prometió represalias.