Por Víctor Barrera
Muy buena la noticia del crecimiento económico que muestra México durante este primer semestre del año y que de acuerdo a cifras del Inegi, este se ubico en 3.6 por ciento. Sin embargo, deberemos analizar estos datos detenidamente para saber exactamente si este crecimiento es el punto de partida para mantener este ritmo en los próximos meses y años.
De entrada deberemos observar que este crecimiento se basa en el sector terciario, es decir en el comercio, servicios y turismo, pero principalmente del mercado interno,
Este sector representa, en estos momentos, el 64 por ciento del total de la economía. Esto significa que el comercio ha sido el fundamental para muchas familias mexicanas que han visto en este sector la oportunidad de obtener mas ingreso y con ello completar el gasto familiar. El punto negativo es que mas del 70 por ciento de este comercio es informal, que impide se cumpa de manera correcta el circulo positivo de una economía sana.
Otro punto es que los gastos que se realizan, en su mayoría inician a partir de las remesas, que están en un punto más alto al situarse en mayo en 5 mil 693 millones de dólares, para ubicar en su totalidad estas remesas cercano a los 60 mil millones de dólares anuales.
Este punto indica que nuestra economía sigue dependiendo en gran medida de los recursos que envían los mexicanos, que tuvieron que salir del país ante la falta de obtener un empleo que pueda cubrir todas las necesidades básicas de su familia.
Por tanto esto explica que el sector secundario, el industrial y de transformación, solo contribuya con el 28 por ciento del crecimiento, lo que muestra que la capacidad de creación de empleos sigue bastante reprimida en el país.
Este poco dinamismo se explica porque la mayoría de las ventas de este sector esta encaminado a la exportación, y en un mundo donde todavía no existe una recuperación total de la economía, las exportaciones no han alcanzado el punto máximo, por ende no es necesario crear más empleos de los que ahora existentes.
Otro punto a preocupar es que el sector primario, el agropecuario, solo aporta el 8 por ciento al crecimiento económico, un dato que debemos tomar muy en serio porque significa que la producción de alimentos en México ha decaído y que en su mayoría se consume alimentos importados. Esto también se explica porque durante este sexenio el presupuesto al campo se ha visto reducido significativamente, lo que provoca una menor cantidad de productos agropecuarios del país.
Entonces esto nos muestra que de continuar la economía en esta tendencia, sosteniéndose del sector servicios y comercio, podríamos en el corto plazo tener un problema. Porque la falta de impulso en un crecimiento estructural de mayor alcance, del sector primario y secundario podría estancar los niveles de crecimiento.
El crecimiento del país se basa en el desarrollo de su industria, infraestructura y tecnología para hacer competitivo a la nación en un mercado global. Pero esto necesita de reglas claras para la inversión privada que permita despegar ese desarrollo.
Esto implicaría una apertura en sectores que en este régimen se han cerrado para abastecer de energía y telecomunicaciones, que a su vez nos permitirá aprovechar aun más el nearshorinmg.
Además permitirá la producción del sector agropecuario para en verdad alcanzar la suficiencia alimentaría, sin estar importando alimentos que se producen en el país.
Subrayó, el dato de crecimiento es favorable, pero falta que este se base en fundamentales a largo plazo y no soleen el mercado interno.