La investigadora Alma Maldonado, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), inició una petición en Change.org con el objetivo de detener la distribución de los libros de texto gratuitos elaborados por la Secretaría de Educación Pública (SEP) para primaria y secundaria, dentro del marco de la llamada Nueva Escuela Mexicana. Hasta la fecha, cerca de 8 mil personas han firmado esta petición.
En la petición, la investigadora expone varias razones fundamentales por las cuales considera necesario detener la distribución de los nuevos libros y revertir a los anteriores
Entre las preocupaciones planteadas, se destaca la cuestión de la legalidad y legitimidad asociadas al proceso de elaboración de los libros y la desaparición de los libros de materias específicas en primaria y secundaria, a excepción del libro de inglés en secundaria, que se adquirió mediante un convenio.
Según los firmantes de la petición, es primordial que los nuevos libros pasen por una revisión exhaustiva de expertos en didácticas y disciplinas correspondientes, así como de grupos docentes con experiencia en el aula y diseñadores profesionales.
Se afirma que en el nuevo esquema, los niños no cuentan con libros para materias clave como español, matemáticas, ciencias naturales, geografía, biología, salud, historia universal y de México. Esto podría afectar su capacidad de razonamiento lógico en matemáticas, profundización de sus conocimientos en español y la falta de libros de lectura.
La petición también subraya que la situación es especialmente preocupante en el nivel de secundaria. Antes, los maestros tenían una amplia variedad de libros aprobados por la SEP y suministrados por editoriales de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM), entre los cuales podían escoger para cada materia.
Sin embargo, con el nuevo esquema, todos esos libros desaparecen, y la secundaria queda con una estructura similar a la primaria, con solo dos libros de referencia y cápsulas educativas sin un orden ni secuencia definidos.
Otra preocupación importante señalada en la petición es la detección de errores en los nuevos libros que maestros e investigadores han podido revisar. Los firmantes cuestionan la prisa con la que se ha llevado a cabo este proceso y expresan su temor de que una educación pública deficiente pueda agravar las brechas de desigualdad existentes y no prepare adecuadamente a la niñez y juventud para enfrentar el futuro.
Alma Maldonado usó su cuenta de Twitter para promover la petición y enfatiza que criticar los libros de texto no significa criticar el trabajo de los docentes que participaron en su elaboración. Plantea preguntas sobre la transparencia del proceso, al preguntar por qué se ocultó información durante 5 años y por qué no se revela quiénes, cuántos y cómo participaron en la creación de los nuevos libros.