La policía francesa investiga un ataque cometido contra la casa del alcalde de L’Haÿ-les-Roses (una localidad de la periferia sur de París), Vincent Jeanbrun, y de su familia, utilizando un coche como ariete contra su domicilio.
Según explicó el propio Jeanbrun en un comunicado, el incidente se produjo alrededor de la 1:30 de la madrugada. Mientras él se encontraba en el Ayuntamiento trabajando, «como desde hacía tres noches» a consecuencia de la oleada de disturbios que atraviesa Francia.
Los atacantes usaron un coche para forzar la entrada en la residencia, donde se encontraban la esposa y los dos hijos del primer edil, y luego prendieron fuego para intentar incendiar la casa.
Al intentar escapar y protegerse de los criminales, la mujer y uno de los hijos resultaron heridos, comunicó Jeanbrun.
«No tengo palabras lo bastante fuertes para describir mi conmoción ante el horror de esta noche. Pero la única forma de hacer aceptable lo inaceptable es que no sea para nada», manifestó el alcalde, tras asegurar que su determinación de servir a la República es más grande que nunca».
Tras conocerse la noticia numerosas personalidades políticas enviaron mensajes de apoyo a Jeanbrun, como el ministro de Economía, Bruno Le Maire.
Este ataque, que la policía investiga como intento de asesinato, tuvo lugar en el contexto de los disturbios que vive Francia desde el pasado martes y que se han traducido en ataques a edificios públicos de toda índole, desde bibliotecas a ayuntamientos, coches quemados y comercios saqueados.
Durante la pasada noche, al menos 719 personas fueron detenidas, 45 policías resultaron heridos y hubo 871 incendios en la vía pública y desperfectos en 74 edificios, de acuerdo a los últimos datos oficiales disponibles.
Pese a lo abultado aún de las cifras, el Ministerio de Interior ha confirmado que esta noche fue «más tranquila» que las precedentes.
El detonante de esta oleada de altercados fue la muerte de un joven de 17 años y ascendencia árabe llamado Nahel, que recibió un disparo mortal por parte de un policía cuando trataba de huir de un control policial en Nanterre.
Las imágenes del incidente, grabadas por testigos, desataron una fuerte indignación en el país, lo que degeneró en disturbios sobre todo en los barrios populares de las grandes ciudades y en el cinturón metropolitano de París.